El peso mexicano registró una caída del 1.3% frente al dólar este viernes, poniendo fin a una semana marcada por su debilidad en los mercados internacionales. Este retroceso llevó al tipo de cambio a cerrar en 17.86 pesos por dólar, según datos de la plataforma Investing.com. Además, el desempeño de la moneda mexicana fue negativo no solo en la jornada diaria, sino también a nivel semanal y mensual, generando inquietudes sobre su estabilidad en el corto plazo.
De acuerdo con analistas del mercado cambiario, esta depreciación estuvo en línea con una mayor aversión al riesgo por parte de los inversores, quienes se encuentran atentos a los movimientos de la política monetaria en Estados Unidos y al rumbo de las tasas de interés de la Reserva Federal (Fed). En particular, los comentarios recientes de algunos miembros de la Fed sugirieron que los esfuerzos por combatir la inflación podrían prolongarse, lo que fortalecería aún más al dólar frente a las divisas emergentes.
En cuanto al panorama semanal, el peso mexicano acumuló una pérdida del 1.18% en comparación con su cierre del viernes previo. Los factores globales, como el avance del dólar a nivel internacional y la caída de los mercados bursátiles, influyeron en este desempeño. Asimismo, el comportamiento mensual también resultó negativo para la moneda, que perdió un 1.47% de su valor frente al billete verde durante agosto, lo que representa uno de sus peores registros de este año.
Por otro lado, se destacó que, a pesar de este retroceso, el peso mexicano mantiene su fortaleza relativa si se considera el contexto del 2023, en que llegara a ser una de las divisas con mejor desempeño gracias al diferencial de tasas de interés con respecto a Estados Unidos. No obstante, esta ventaja parece estar desdibujándose en un escenario donde los mercados anticipan que el Banco de México (Banxico) podría mantener las tasas en sus niveles actuales por un tiempo prolongado, mientras la Fed podría seguir endureciendo su política monetaria.
Los especialistas apuntan que, hacia adelante, el desempeño del peso dependerá en gran medida de cómo evolucionen las expectativas sobre las tasas de interés tanto de Banxico como de la Fed, así como del apetito por riesgo en los mercados financieros globales. Factores internos, como la estabilidad política y el avance en las cifras económicas de México, también podrían jugar un rol determinante.
En conclusión, aunque el peso mexicano sigue siendo una de las monedas emergentes más fuertes en lo que va del año, su reciente debilidad sugiere que los mercados podrían estar reajustando sus posiciones ante un escenario global más incierto y un dólar fortalecido. iEconomia.com continuará monitoreando esta situación para ofrecerle a sus lectores las actualizaciones más relevantes.