Brasil registra fuga récord de dólares en diciembre
El mercado financiero de Brasil cerró 2022 con una señal de alarma: se registró una salida neta de capitales extranjeros significativa, que alcanzó cifras récord en diciembre. Según un informe reciente del Banco Central de Brasil, durante el último mes del año pasado salieron del país 15.500 millones de dólares en términos netos. Este valor representa el monto más alto desde que se tiene registro de estos flujos, y marca un nuevo desafío para la economía del gigante sudamericano.
La salida masiva de divisas estuvo principalmente impulsada por operaciones financieras, con un saldo negativo de 22.300 millones de dólares. Este segmento incluye tanto movimientos de cartera, como inversiones extranjeras en acciones, títulos públicos y depósitos. Por el contrario, las operaciones comerciales arrojaron un flujo positivo de 6.800 millones de dólares, actuando como un leve contrapeso a la fuga generalizada de capitales.
El contexto global y local ayudó a crear las condiciones para esta dinámica. A nivel internacional, el endurecimiento de las políticas monetarias en economías avanzadas, liderado por la Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed), elevó las tasas de interés en dólares y generó un atractivo mayor para los fondos en mercados considerados más seguros. Esto, a su vez, desencadenó una revalorización del billete verde y marcó una tendencia de salida de capitales desde economías emergentes como la brasileña.
En el plano doméstico, la incertidumbre política en Brasil también jugó un papel relevante. El cambio de mando presidencial con la asunción de Luiz Inácio Lula da Silva generó temores en los mercados sobre el rumbo que podría tomar la política económica en su gobierno. En particular, las dudas en torno a las metas fiscales, la sostenibilidad de la deuda pública y el futuro de las reformas estructurales incrementaron la aversión al riesgo entre los inversores internacionales.
A pesar de este panorama, el real brasileño, la moneda oficial, cerró 2022 con una apreciación del 5,2% frente al dólar estadounidense, impulsada en gran medida por entradas de capital que se observaron en meses previos. Sin embargo, la reciente fuga masiva de divisas pone en duda la sostenibilidad de esta estabilidad cambiaria en el mediano plazo.
La presión sobre el Banco Central de Brasil también ha ido en aumento, especialmente con debates sobre la necesidad de mantener una política monetaria restrictiva en un entorno de alta inflación y volatilidad cambiaria. Analistas financieros estarán atentos a cómo evoluciona el mercado cambiario y al impacto que puedan tener las decisiones macroeconómicas del nuevo gobierno en los próximos meses.
En definitiva, la fuga récord de dólares registrada en diciembre expone las vulnerabilidades de la economía brasileña en un contexto global desafiante y con tensiones internas acentuadas. Este fenómeno será clave a monitorear, tanto por su efecto sobre la estabilidad financiera como por sus implicancias en las discusiones políticas y económicas futuras.