En un contexto global complejo, Bank of America (BofA) ha compartido sus diez temas macroeconómicos clave a seguir en 2025, brindando una guía para inversores y analistas interesados en comprender las fuerzas que moldearán el panorama económico global en el mediano plazo. Según el informe, los próximos años serán desafiantes, con transformaciones profundas en las dinámicas económicas y financieras mundiales.
El primer tema destacado por la entidad es la persistencia de una inflación elevada, que se ubicará por encima de los niveles previos a la pandemia. A pesar de los esfuerzos de los bancos centrales para contenerla, las presiones inflacionarias se mantendrán, impulsadas por factores estructurales como la transición energética y los cambios en las cadenas de suministro globales. Esto plantea un dilema para los responsables de las políticas monetarias, que deberán equilibrar el control de precios con el crecimiento económico.
Otro punto relevante es el cambio en la estrategia monetaria global. BofA prevé que los bancos centrales adopten políticas moderadas y se distancien gradualmente de subidas agresivas de tasas de interés. Este giro buscará fomentar la estabilidad financiera en medio de la ralentización del crecimiento económico global.
Además, la desglobalización sigue siendo un tema clave, con un énfasis creciente en cadenas de suministro regionalizadas y una reducción de la interdependencia en el comercio internacional. Esto responde a tensiones geopolíticas persistentes, como la rivalidad entre Estados Unidos y China, que influyen en el comercio y la inversión extranjera directa.
Otro factor crucial será el cambio climático y su impacto económico. BofA destaca el papel fundamental de las inversiones en transición energética y tecnología verde como motor de crecimiento, aunque advierte que los costos asociados a estos cambios podrían desencadenar presiones inflacionarias adicionales.
En cuanto a las economías emergentes, la institución subraya desafíos específicos como la sostenibilidad de la deuda. Muchos de estos países enfrentan dificultades para adaptarse al nuevo entorno de tasas altas, lo que agrava sus vulnerabilidades financieras.
Finalmente, temas como la evolución demográfica, los cambios en el mercado laboral por la automatización, y el surgimiento de nuevas tecnologías disruptivas completan el panorama proyectado para 2025. Estos factores, aunque ofrecen oportunidades, también presentan riesgos significativos que requieren soluciones proactivas.
En conclusión, Bank of America plantea que el futuro económico estará marcado por la incertidumbre, pero también ofrecerá oportunidades para quienes logren posicionarse estratégicamente. Los inversores deberán mantenerse atentos y flexibles para navegar en un entorno cambiante, en el cual la sostenibilidad, la tecnología y los equilibrios geopolíticos serán determinantes.