Hijo de Ortega y Murillo supervisará la inversión extranjera en Nicaragua
En un nuevo movimiento dentro de la estructura de poder en Nicaragua, Laureano Ortega Murillo, hijo del presidente Daniel Ortega y la vicepresidenta Rosario Murillo, asumirá la supervisión de las inversiones extranjeras en el país. El nombramiento refuerza el control familiar sobre sectores clave de la economía y la política, generando reacciones tanto a nivel interno como internacional.
Según reportó Investing.com, Laureano Ortega dirigirá la supervisión de la inversión extranjera en Nicaragua a través de su papel en la agencia gubernamental ProNicaragua, que maneja el flujo de capitales provenientes del exterior. Con este ascenso, el hijo de los mandatarios se consolida como una de las figuras más influyentes dentro del gobierno, lo que refuerza los lazos de poder dentro del círculo familiar.
La decisión se enmarca en un contexto de creciente aislamiento internacional para el gobierno de Ortega. Desde 2018, las sanciones impuestas por Estados Unidos y la Unión Europea han golpeado la economía del país, afectando la llegada de nuevas inversiones extranjeras. En este sentido, la misión de Laureano Ortega será atraer capitales en medio de un clima de incertidumbre y restricciones financieras impuestas por Occidente.
No es la primera vez que el hijo del presidente desempeña un rol clave en la política y economía nicaragüense. En el pasado, encabezó negociaciones con China para el fallido proyecto del canal interoceánico que buscaba competir con el Canal de Panamá. A pesar de que la obra nunca se materializó, su papel en este y otros proyectos estratégicos ha demostrado su creciente influencia dentro del régimen.
Desde la oposición y organizaciones internacionales de derechos humanos han criticado el nombramiento, calificándolo como una consolidación del nepotismo dentro del gobierno. La concentración del poder en la familia Ortega-Murillo ha sido uno de los aspectos más cuestionados de su administración y este nuevo anuncio refuerza las preocupaciones sobre la falta de transparencia y eficiencia en la gestión gubernamental.
Por su parte, el gobierno ha defendido la decisión argumentando que Laureano Ortega es la persona indicada para liderar la promoción de inversiones extranjeras y que su conocimiento de los mercados internacionales permitirá negociar acuerdos beneficiosos para el país. Sin embargo, el impacto de su gestión aún está por verse en un contexto donde las sanciones y la desconfianza de los inversores continúan afectando la economía nicaragüense.
Con esta designación, el círculo cercano a Daniel Ortega sigue ampliando su control sobre los sectores estratégicos del país, en un momento en que la comunidad internacional sigue de cerca la evolución política y económica de Nicaragua.