El oro se ha convertido en el gran protagonista de los mercados internacionales, impulsado por factores económicos y geopolíticos que han generado un entorno de incertidumbre a nivel global.
En particular, América Latina observa este repunte con atención, pues la volatilidad financiera suele impactar con fuerza en las economías de la región, y el metal precioso ha resultado ser un refugio seguro en momentos de alta inestabilidad.
La principal razón de este ascenso es la búsqueda de seguridad que hacen los inversionistas ante la inestabilidad política y económica mundial.
El conflicto comercial entre Estados Unidos y China, en el que Washington ha impuesto aranceles de hasta 125% a las importaciones chinas, es uno de los factores que más ha impulsado este comportamiento del metal precioso.
La escalada de los aranceles ha aumentado la tensión entre las dos economías más grandes del planeta y, en consecuencia, ha generado una mayor incertidumbre en los mercados.
En entornos de conflicto o volatilidad financiera, el oro es un refugio seguro debido a su valor intrínseco y a su menor dependencia de las políticas monetarias.
Así, mientras persista la disputa entre Pekín y Washington, los analistas consideran que el oro se mantendrá como uno de los activos más cotizados y rentables para invertir.
Inflación y tasas de interés
El temor a la inflación también ha contribuido a la subida del oro. La Reserva Federal ha manifestado preocupación ante una posible escalada de los precios, impulsada por las barreras comerciales que encarecen los bienes importados.
En momentos inflacionarios, el oro protege el poder adquisitivo del dinero, pues tiende a mantener o aumentar su valor real. Además, muchos inversionistas anticipan que la Fed podría recortar las tasas de interés próximamente, lo que reduciría el atractivo de otros instrumentos financieros y fortalecería al metal precioso aún más.
La mirada atenta de América Latina
En Latinoamérica, donde las monedas locales suelen mostrar gran volatilidad y se ven impactadas por la fortaleza del dólar, el oro ofrece una forma de diversificar portafolios y blindarse contra fluctuaciones repentinas.
De igual modo, la historia de crisis económicas en la región ha afianzado la percepción de que el oro se comporta de manera defensiva en escenarios inciertos.
Su correlación negativa con activos como acciones de empresas que cotizan en bolsa lo convierte en un elemento de equilibrio, capaz de proteger ganancias y atenuar pérdidas.
Las presiones inflacionarias, la inestabilidad en las relaciones internacionales y la posibilidad de tasas de interés más bajas se han combinado para impulsar el precio del oro a niveles récord en 2025.
Para muchos, esta situación representa una oportunidad de salvaguardar el valor de sus ahorros y equilibrar la volatilidad de sus portafolios, especialmente en países latinoamericanos.
Como en toda inversión, la clave radica en planificar a largo plazo, ya que el oro continúa siendo uno de los escudos predilectos frente a la incertidumbre global.
¿Cómo invertir en Oro?
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