Blue Origin retrasa nuevamente el lanzamiento inaugural del cohete New Glenn
La empresa aeroespacial fundada por Jeff Bezos, Blue Origin, ha confirmado un nuevo aplazamiento en el lanzamiento inaugural de su esperado cohete New Glenn, originalmente programado para finales de 2023. Según información difundida este martes, la compañía ahora estima que el lanzamiento no ocurrirá antes del segundo trimestre de 2024. Este retraso pone en evidencia los desafíos técnicos que enfrenta la empresa en su intención de ingresar y competir en el lucrativo mercado aeroespacial comercial.
El New Glenn, un cohete reutilizable diseñado para misiones orbitales, ha sido presentado como el buque insignia de Blue Origin, con el objetivo de competir con otros gigantes de la industria, como SpaceX de Elon Musk y United Launch Alliance (ULA). Con una capacidad de carga de hasta 45 toneladas, el New Glenn promete jugar un rol crucial en la entrega de satélites y misiones espaciales comerciales. Sin embargo, este nuevo retraso evidencia las dificultades que la empresa está teniendo para cumplir con cronogramas previamente anunciados.
De acuerdo con el reporte oficial, la empresa señaló que este aplazamiento adicional se debe a la necesidad de completar pruebas adicionales tanto en el propio cohete como en su motor BE-4, el componente clave que impulsará no solo el New Glenn, sino también el cohete Vulcan Centaur de ULA. Cabe destacar que Blue Origin ha tenido problemas técnicos con el BE-4, lo que anteriormente también afectó el cronograma de lanzamientos del Vulcan Centaur.
El aplazamiento representa un contratiempo significativo para Blue Origin, considerando que ya se encuentra bajo presión tanto por parte de sus clientes comerciales como por sus competidores directos. Empresas como SpaceX, con su cohete Falcon Heavy, vienen capturando una significativa cuota de mercado, mientras que otros actores, como Rocket Lab y Arianespace, también consolidan sus posiciones.
Este retraso también pone en jaque algunos de los contratos que Blue Origin ya tenía comprometidos. Uno de los más prominentes es con la Agencia Nacional de Inteligencia-Geoespacial de Estados Unidos, que esperaba utilizar el New Glenn para poner en órbita satélites esenciales para la seguridad nacional. Además, la demora podría tener repercusiones en la percepción de confianza hacia la capacidad técnica y operativa de la compañía.
A pesar de los contratiempos recientes, Blue Origin asegura que está comprometida con superar los desafíos técnicos y volverse un jugador competitivo en la industria. Sin dudas, este episodio refleja las altas barreras de entrada y los riesgos intrínsecos de la creciente carrera espacial comercial, donde cada demora afecta plazos, costos y, eventualmente, la reputación de las empresas involucradas.