Alta inflación y crisis económica: Un venezolano necesita casi 1.000 dólares al mes para alimentarse
En un escenario marcado por una de las inflaciones más altas del mundo y una profunda crisis económica, los ciudadanos venezolanos enfrentan costos alarmantes para cubrir sus necesidades básicas de alimentación. Según un informe reciente de la organización no gubernamental Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas-FVM), en agosto de 2023, una familia promedio en Venezuela necesitó 986,12 dólares mensuales para cubrir únicamente su canasta alimentaria.
El informe subraya que el precio de la canasta alimentaria familiar experimentó un incremento mensual del 5,72%, reflejo de una inflación que ha erosionado el poder adquisitivo de los venezolanos. Los alimentos, uno de los rubros más afectados por la inflación, están fuera del alcance de gran parte de la población, considerando que el salario mínimo oficial en el país es el equivalente a solo cinco dólares al mes. Esto convierte a muchos venezolanos en dependientes de ingresos en divisas extranjeras, remesas o informales para sobrevivir.
El Cendas-FVM detalló en su informe que los productos básicos más impactados por las subidas fueron aquellos esenciales para la dieta diaria, como carnes, lácteos, aceites y granos. Este fenómeno responde, en parte, a un mercado altamente dolarizado, donde los precios fluctúan según la cotización del dólar en el país. Aunque el uso del dólar se ha emparentado desde 2019 con una mejor disponibilidad de productos en los supermercados, muchos de ellos siguen siendo inalcanzables para una población golpeada económicamente.
El contexto inflacionario no es nuevo para Venezuela, que enfrentó años de hiperinflación entre 2017 y 2021. Aunque el gobierno venezolano asegura que ha logrado frenar este fenómeno, los analistas económicos advierten que la inflación sigue siendo una barrera considerable para la recuperación económica del país. Asimismo, la dolarización parcial de la economía no ha logrado solventar las profundas desigualdades sociales ni garantizar el acceso equitativo a alimentos básicos.
En este punto, organismos internacionales, economistas y ONGs coinciden en señalar la necesidad de políticas económicas coherentes que sean capaces de revertir años de deterioro económico y social. Mientras tanto, la población continúa lidiando con una realidad extremadamente compleja, donde sobrevivir depende de estrategias de resiliencia y el apoyo de remesas enviadas por la diáspora venezolana.
La situación en Venezuela pone en evidencia las graves consecuencias de una economía en crisis prolongada y recalca la importancia de medidas estructurales y reformas para mitigar el impacto en la población más vulnerable. Por ahora, la alimentación básica sigue siendo un lujo inasequible para una gran parte de los venezolanos.