Rusia demandará a Siemens Energy por incumplimiento en suministro para central nuclear Akkuyu
En un nuevo capítulo que suma tensión al escenario geopolítico y empresarial global, Rusia anunció que tomará acciones legales contra Siemens Energy. La medida responde a la negativa del gigante alemán de entregar equipos encargados por la compañía rusa Atomstroyexport, responsable de la construcción de la central nuclear Akkuyu en Turquía. Así lo confirmó este martes el director general de la corporación nuclear estatal rusa Rosatom, Alexey Likhachev. La noticia, publicada inicialmente por la agencia de noticias Tass, refleja el deterioro de las relaciones comerciales entre ambas naciones tras el inicio del conflicto en Ucrania.
Según la declaración de Likhachev, Siemens Energy, que históricamente había sido un proveedor clave para proyectos nucleares rusos, habría incumplido la entrega de transformadores y otros equipos eléctricos esenciales para la finalización de la planta. Este proyecto, desarrollado en territorio turco, es considerado un símbolo de cooperación energética estratégica entre Rusia y Turquía. De acuerdo con Rusia, la negativa de Siemens Energy no se basa en dificultades técnicas u operativas, sino en presiones políticas que complican el cumplimiento de contratos existentes.
En respuesta a esta situación, Atomstroyexport ha tenido que rediseñar ciertos aspectos de la central eléctrica y buscar alternativas a los equipos originalmente ofrecidos por Siemens Energy para garantizar que los plazos del proyecto se mantengan. Sin embargo, Likhachev destacó que las modificaciones implican costos adicionales, así como desafíos técnicos que podrían ralentizar el desarrollo de Akkuyu, previsto para entrar en operación en 2025 y que representa una inversión estimada en más de 20.000 millones de dólares.
Por su parte, Siemens Energy aún no ha emitido un comunicado oficial respecto a las acusaciones rusas. Sin embargo, dicha compañía anunció previamente en 2022 que restringiría sus actividades comerciales con entidades rusas como parte de un plan global para limitar la colaboración con Moscú tras la invasión a Ucrania. Esta decisión refleja cómo las sanciones internacionales y las tensiones geopolíticas están transformando las dinámicas comerciales en sectores estratégicos como el energético.
La construcción de la planta nuclear Akkuyu, que será el primer complejo de este tipo en Turquía, es un componente clave en el suministro energético de ese país. Con una capacidad proyectada de 4.800 megavatios y cuatro reactores nucleares, busca satisfacer la creciente demanda de energía de Turquía e impulsar la diversificación de su matriz energética. Sin embargo, la reciente disputa entre Rusia y Siemens Energy añade incertidumbre no solo al cronograma del proyecto, sino también al papel de Turquía como punto estratégico en el comercio energético global.
Con esta demanda, Rusia no solo intenta proteger sus intereses comerciales, sino también enviar un mensaje contundente respecto a las implicancias económicas de las sanciones internacionales y las estrategias que otros países adoptan frente a Moscú en un contexto de creciente polarización global.
