Río de Janeiro se prepara para recibir a cinco millones de personas en su fiesta de fin de año
En un marco de optimismo para el turismo y la economía local, la ciudad de Río de Janeiro, en Brasil, se alista para recibir cerca de cinco millones de visitantes durante las celebraciones de fin de año, de acuerdo con un informe revelado por las autoridades municipales. Este evento, considerado uno de los mayores espectáculos de Año Nuevo a nivel mundial, se prevé como un importante motor de reactivación económica en la región tras los desafíos recientes vinculados a la pandemia de COVID-19.
La festividad central tendrá lugar en la icónica playa de Copacabana, donde tradicionalmente se congregan millones de personas para disfrutar de conciertos, espectáculos de fuegos artificiales y otras actividades culturales. Según las estimaciones oficiales, más de ocho mil trabajadores estarán involucrados en la organización y seguridad del evento para garantizar que todo transcurra de manera fluida y segura.
Este año, las autoridades locales han redoblado sus esfuerzos para atraer turistas tanto nacionales como internacionales, destacando la importancia del evento no solo como una celebración cultural, sino también como una oportunidad para dar un impulso significativo al sector turístico, uno de los más golpeados durante la pandemia. Según proyecciones de la industria, la ocupación hotelera en la ciudad podría superar el 90%, y se espera que los ingresos generados por el turismo alcancen cifras récord.
El secretario de eventos de la ciudad expresó su entusiasmo por el impacto positivo que la festividad tendrá en la economía local, al afirmar que el evento «representa no solo una tradición para Río de Janeiro, sino también una fuente crucial de ingresos para nuestros sectores de comercio, hotelería y servicios». Además, las mejoras recientes en infraestructura y transporte buscan facilitar el acceso y la movilidad de los visitantes, promoviendo una experiencia memorable.
Por otro lado, las autoridades también anunciaron que se implementarán estrictas medidas de seguridad y protocolos sanitarios para garantizar el bienestar de los asistentes, incluyendo un refuerzo del personal médico y operativo en puntos estratégicos a lo largo de la playa y otros sitios clave de la ciudad.
En términos regionales, el evento ofrece a Río de Janeiro la oportunidad de reforzar su posición como un destino atractivo y competitivo en el mapa global del turismo, atrayendo no solo turistas, sino también inversores interesados en el crecimiento económico de la ciudad. Con cinco millones de personas esperadas, este Año Nuevo se perfila como uno de los hitos más significativos para el turismo y la recuperación económica en Brasil.