En un contexto de recuperación económica global, la producción de acero ha mostrado un crecimiento del 3,7% durante el año 2024, según los últimos datos publicados. Sin embargo, a pesar de este incremento, la industria aún no ha logrado alcanzar los niveles de producción previos a la pandemia de COVID-19, lo que plantea desafíos significativos para el sector.
El aumento en la producción de acero se ha visto impulsado por la reactivación de la demanda en sectores clave como la construcción y la automoción, que han experimentado un repunte tras las restricciones impuestas durante la pandemia. No obstante, los expertos señalan que el ritmo de crecimiento no ha sido suficiente para compensar las pérdidas acumuladas en los años anteriores.
De acuerdo con el informe presentado, la producción global de acero en 2024 alcanzó los 1.850 millones de toneladas, una cifra que, aunque positiva, se mantiene por debajo de los 1.900 millones de toneladas registradas en 2019. Este déficit se atribuye a varios factores, entre ellos, las interrupciones en la cadena de suministro y el aumento de los costos de producción debido a la inflación y las tensiones geopolíticas.
Analistas de ieconomia destacan que, si bien el crecimiento del 3,7% es un indicativo de recuperación, la industria del acero enfrenta retos significativos para alcanzar y superar los niveles prepandemia. «La volatilidad en los precios de las materias primas y la incertidumbre económica global continúan siendo obstáculos importantes para el sector», afirmó María López, analista de mercado de ieconomia.
Por otro lado, la transición hacia una economía más sostenible también está influyendo en la producción de acero. La presión para reducir las emisiones de carbono ha llevado a las empresas a invertir en tecnologías más limpias, lo que, aunque positivo a largo plazo, representa un desafío adicional en términos de costos y adaptación tecnológica.
En este contexto, las empresas siderúrgicas están adoptando estrategias para mejorar su eficiencia operativa y diversificar sus fuentes de ingresos. La innovación y la digitalización se presentan como herramientas clave para enfrentar los desafíos actuales y futuros del sector.
De cara al futuro, se espera que la producción de acero continúe su tendencia al alza, aunque de manera moderada. Los expertos sugieren que el sector podría alcanzar los niveles prepandemia hacia finales de 2026, siempre y cuando se mantenga la estabilidad económica y se logren mitigar los factores de riesgo actuales.
En conclusión, aunque la producción de acero ha mostrado signos de recuperación en 2024, el camino hacia la plena recuperación aún es largo y está lleno de desafíos. La industria deberá adaptarse a un entorno cambiante y aprovechar las oportunidades que ofrece la transición hacia una economía más sostenible para asegurar su crecimiento a largo plazo.