La prima de riesgo francesa alcanza máximos desde 2012 por dudas sobre el presupuesto
En un contexto de creciente nerviosismo en los mercados europeos, la prima de riesgo de Francia ha escalado a niveles no vistos desde 2012. Según datos de mercado, el diferencial entre el rendimiento de los bonos a 10 años de Francia y Alemania, considerado el principal indicador de la percepción de riesgo de los inversores, alcanzó los 66 puntos básicos este jueves. Esta cifra refleja el nivel más alto desde la crisis del euro, generando preocupaciones sobre la estabilidad fiscal en el segundo país más grande de la eurozona.
La subida de la prima de riesgo se debe, principalmente, a la incertidumbre generada por las dificultades del gobierno francés para aprobar el presupuesto en un entorno de tensiones políticas internas. El aumento del costo de la deuda pública en Francia no solo refleja el temor de los inversores ante un posible debilitamiento de la posición fiscal del país, sino también frente a un contexto global marcado por altas tasas de interés, una caída en el apetito por el riesgo y la desaceleración económica mundial.
El desencadenante inmediato de esta situación es la decisión del presidente Emmanuel Macron de recurrir al controvertido artículo 49.3 de la Constitución para aprobar el presupuesto sin necesidad de votación parlamentaria. Este mecanismo, aunque legal, ha profundizado las divisiones dentro del panorama político francés, donde Macron no cuenta con mayoría absoluta en la Asamblea Nacional. La medida ha generado duras críticas por parte de la oposición, lo que podría derivar en una inestabilidad política mayor.
A nivel europeo, los analistas financieros advierten sobre una creciente fragmentación en los mercados de bonos soberanos. «El alza en la prima de riesgo francesa y el aumento generalizado en los rendimientos de la deuda europea reflejan la presión que los países están enfrentando para mantener la estabilidad fiscal bajo condiciones económicas adversas,» señaló un economista consultado por iEconomía.com. En este contexto, la política fiscal de Francia ha disparado señales de alerta entre los inversores, quienes temen un endurecimiento adicional del gasto público o medidas de austeridad que puedan frenar la recuperación económica.
Por su parte, los bonos alemanes, considerados el refugio seguro del continente, también están registrando movimientos al alza en los rendimientos, lo que refleja un encarecimiento generalizado del costo de financiamiento en Europa. Sin embargo, el caso francés preocupa especialmente debido al peso que la economía gala tiene en la eurozona y a las implicancias que puede tener una prolongada crisis de confianza.
Ante este panorama, las próximas semanas serán determinantes para evaluar si el gobierno francés logra recuperar la confianza de los mercados o si la prima de riesgo seguirá escalando, agravando la percepción de vulnerabilidad en Europa.