Argentina sigue de cerca los ecos del plan de inversión en vivienda pública en Portugal
En un esfuerzo por abordar la creciente crisis de acceso a la vivienda, Portugal anunció un ambicioso plan de inversión que promete ser el mayor de su tipo desde la década de 1990. El primer ministro António Costa reveló durante un evento reciente el compromiso del gobierno portugués de destinar fondos significativos para la construcción y rehabilitación de viviendas públicas, una medida que ha captado la atención de diversos sectores, incluidas economías emergentes como la argentina.
Costa describió el plan como «sin precedentes» en términos de alcance y financiación, argumentando que era necesario para hacer frente a las presiones del mercado inmobiliario que han elevado los precios de las propiedades y los alquileres a niveles alarmantes en varias ciudades lusas, particularmente en Lisboa y Oporto. En total, se espera destinar más de 2.600 millones de euros para renovar el sector, asegurando viviendas accesibles para las personas y familias con ingresos medios y bajos.
El primer ministro destacó que esta inversión será financiada en parte con recursos provenientes del Fondo de Recuperación de la Unión Europea, diseñado para mitigar el impacto socioeconómico de la pandemia de COVID-19. Según Costa, la intención es no solo ofrecer más acceso a viviendas dignas, sino también dinamizar la economía y generar empleo en el sector de la construcción y afines.
Entre las medidas anunciadas, el plan incluye la construcción de nuevas viviendas en terrenos públicos y una amplia renovación del parque habitacional, con énfasis en edificios que ahora se encuentran abandonados o subutilizados. Además, se introducirá un marco normativo para regular los alquileres en áreas urbanas de alta densidad, en un intento de equilibrar las condiciones entre propietarios e inquilinos.
Para Argentina, este tipo de iniciativas no pasan desapercibidas. En un contexto económico marcado por una inflación elevada y un déficit crónico de vivienda, el caso portugués plantea reflexiones sobre la necesidad de propiciar políticas públicas sostenibles en torno a la vivienda. Si bien los recursos disponibles son notablemente diferentes, las lecciones aprendidas de la experiencia lusitana podrían ser relevantes para enfrentar los desafíos locales.
La inversión masiva en infraestructura social también puede tener un impacto positivo en otros sectores de la economía, haciendo que economías regionales más pequeñas comiencen a prosperar. Sin embargo, analistas internacionales advierten que cualquier política de este tipo debe estar sustentada en una planificación integral que contemple tanto los aspectos económicos como los sociales.
Con esta apuesta, Portugal no solo intenta resolver un problema estructural, sino que aspira a posicionarse como un modelo para otros países europeos y más allá, mostrando que las inversiones públicas bien dirigidas pueden garantizar no solo un crecimiento económico sólido, sino también una mayor igualdad en el acceso a derechos básicos como la vivienda.