El peso mexicano enfrenta incertidumbre ante posibles riesgos políticos en Estados Unidos
El peso mexicano, una de las monedas emergentes más relevantes para los mercados internacionales, vivió una jornada de relativa estabilidad frente al dólar estadounidense este miércoles. Según datos recientes, la moneda cerró en 17,44 unidades por dólar en el mercado interbancario, marcando una ligera apreciación del 0,18%. Sin embargo, su desempeño está siendo vigilado de cerca por analistas que advierten posibles amenazas provenientes del entorno político estadounidense, específicamente ante la posibilidad del regreso de Donald Trump a la presidencia en 2025.
El panorama para el peso está influenciado por varios factores. Aunque ha mostrado fortaleza a lo largo del año, beneficiándose del «nearshoring» y del aumento de remesas, los ojos están ahora puestos en los riesgos que podría traer un eventual cambio en la Casa Blanca. Las políticas proteccionistas de Trump entre 2017 y 2021 afectaron significativamente al peso y generaron picos de volatilidad. En los últimos días, las referencias a una nueva candidatura del exmandatario estadounidense han comenzado a ser valoradas por los mercados como una posible fuente de presión futura sobre las monedas emergentes, especialmente aquellas de economías con fuertes vínculos comerciales con Estados Unidos.
En un contexto más amplio, el mercado financiero internacional también está atento a otros eventos que moldean la dirección del dólar estadounidense. La reciente reunión de la Reserva Federal (Fed) reflejó un mensaje de cautela con respecto a futuras alzas en las tasas de interés, lo que ayudó a aliviar la presión sobre el peso y otras divisas emergentes. A pesar de ello, la política monetaria de Estados Unidos sigue siendo un factor determinante para los flujos de capital hacia México y otras economías en desarrollo.
De acuerdo con especialistas financieros, el comportamiento del peso mexicano en el corto y mediano plazo dependerá no solo de los movimientos del dólar sino también del panorama político y económico global. La reciente caída de los precios del petróleo y los temores sobre un menor crecimiento económico en China también advierten sobre posibles escenarios que podrían impactar las exportaciones mexicanas y, por ende, su moneda.
En el mercado local, el Banco de México (Banxico) sigue desempeñando un papel clave para sostener la confianza en el peso. La institución mantiene una postura de política monetaria restrictiva, con una tasa de interés referencial en niveles récord del 11,25%, lo que ha ayudado a frenar la inflación y a estabilizar al peso frente a la volatilidad externa.
En definitiva, mientras el peso mexicano se mantiene bajo relativa calma, los analistas no descartan que aumenten las tensiones a medida que se acerquen las elecciones presidenciales en Estados Unidos. Los mercados ya anticipan un periodo de mayor volatilidad, lo que podría hacer que los inversionistas reconsideren sus estrategias hacia el peso mexicano y otras monedas emergentes en 2024 y 2025.