El peso mexicano retrocede frente al dólar en un contexto de expectativas de recortes de tasas de interés
El peso mexicano registró una depreciación frente al dólar estadounidense, moviéndose en torno a los 18.56 pesos por dólar en su cotización al contado. Esta caída se inscribe en un escenario internacional marcado por presiones cambiarias y la atención de los mercados financieros a las posibles modificaciones en las tasas de interés por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) y el Banco de México (Banxico). Ambos bancos centrales podrían tomar decisiones clave que impacten directamente en los flujos de capital y las divisas en las economías de la región.
En los últimos días, el dólar ha ganado tracción frente a monedas emergentes, incluida el peso mexicano. Esta fortaleza de la divisa estadounidense se ha visto impulsada por datos que refuerzan la resiliencia de la economía de Estados Unidos y alimentan la incertidumbre respecto a los pasos que adoptará la Fed en sus próximas reuniones. Aunque los recientes datos de inflación han mostrado cierta moderación, el enfoque de la Fed podría seguir siendo restrictivo, al menos en el corto plazo.
Por otro lado, existe una creciente expectativa de que tanto la Fed como Banxico podrían iniciar ciclos de recortes en sus respectivas tasas de interés a partir de 2024. Estas anticipaciones influyen en la dinámica del tipo de cambio, ya que los inversores ajustan sus posiciones en función de escenarios de potencial relajamiento en las políticas monetarias. Sin embargo, las autoridades financieras de ambos países han mantenido hasta ahora niveles de tasas elevadas, como medida para contrarrestar las presiones inflacionarias.
En el caso concreto de México, Banxico ha logrado posicionar al peso como la divisa más atractiva entre las economías emergentes durante 2023, gracias al diferencial de tasas frente a economías avanzadas y la percepción de estabilidad macroeconómica. No obstante, las señales de un posible recorte en las tasas de interés por parte de Banxico podrían reducir el atractivo del carry trade que ha beneficiado al peso en meses recientes.
Los analistas subrayan que la fortaleza del dólar también responde a la incertidumbre global, incluidas las tensiones geopolíticas y los temores de una desaceleración en las principales economías del mundo. En este marco, los flujos de inversión suelen dirigirse hacia activos refugio, como el dólar, generando presiones negativas sobre monedas como el peso mexicano.
En cuanto al panorama real, se espera que el comportamiento del tipo de cambio continúe oscilando en función de los datos económicos y los anuncios de política monetaria programados para los próximos meses. En este contexto, los operadores del mercado monetario seguirán atentos a las señales que emitan tanto Banxico como la Fed sobre el rumbo de sus respectivas estrategias de política económica.