En un importante avance para las economías regionales, el sector minero peruano ha registrado contribuciones económicas de gran relevancia en los primeros diez meses de 2024. Según datos oficiales, las actividades mineras generaron un total de 2.100 millones de dólares en transferencias a las regiones del país. Este monto, que abarca entre enero y octubre del año mencionado, representa uno de los mayores aportes del sector hacia los gobiernos locales y regionales, además de diversas entidades públicas, destacando el impacto positivo de la minería en las finanzas descentralizadas de Perú.
El Ministerio de Energía y Minas de Perú detalló que estas transferencias incluyen conceptos como la distribución del canon minero, regalías mineras legales y contractuales, y derechos de vigencia. Un elemento relevante de este flujo de recursos es el canon minero, que proviene del 50% del Impuesto a la Renta que las empresas mineras habilitadas pagan al Estado. Estas transferencias permiten que los fondos se destinen a iniciativas locales, especialmente en infraestructura y desarrollo económico, promoviendo la mejora de la calidad de vida en estas regiones.
Las regiones más beneficiadas con estas transferencias han sido, históricamente, aquellas con una fuerte presencia de actividad minera. Áreas como Áncash, Arequipa, Cusco, Tacna y Apurímac han destacado como las mayores receptoras de este flujo de recursos. Áncash, por ejemplo, recibió más de 25% de las transferencias totales. El impacto en estas zonas se traduce no solo en ingresos económicos, sino también en la creación de empleo y dinamización del mercado local.
No obstante, los beneficios económicos generados por la minería llegan acompañados de desafíos sociales y ambientales que el gobierno y las empresas del sector intentan abordar. Los conflictos sociales vinculados a las actividades mineras siguen siendo una preocupación en muchas regiones del país, lo que subraya la necesidad de un enfoque equilibrado y sostenible que permita a las comunidades beneficiarse plenamente de los recursos naturales sin poner en riesgo su entorno y bienestar.
Además, el desempeño de la minería peruana ha estado influido este año por la volatilidad de los precios internacionales de los minerales y la caída prolongada en la producción de algunos metales clave como el cobre, lo que ha generado incertidumbre en torno a los flujos futuros de ingresos. Sin embargo, las cifras recientes confirman que, a pesar de los desafíos, la minería sigue siendo uno de los principales motores económicos del país.
En conclusión, las transferencias generadas por la actividad minera en Perú reflejan el papel esencial del sector como impulsor del desarrollo regional. Sin embargo, resolver las tensiones sociales y consolidar la sostenibilidad en estas operaciones serán acciones clave para garantizar que los beneficios sigan llegando a largo plazo, maximizando el impacto económico en un marco de estabilidad y paz social.