Este martes, la Bolsa de Milán experimentó una jornada bajista, con el índice FTSE MIB cerrando con una caída del 1,27%, situándose en los 28.950,71 puntos, debido en gran parte al reparto de dividendos de algunas de las principales empresas del país. Otra de las causas que influyó en este retroceso fue la expectativa generada en torno a la reunión del Banco Central Europeo (BCE), donde se tomarán decisiones clave sobre las tasas de interés en la zona euro.
Gran parte de la atención de los inversores está centrada en la espera de los próximos movimientos del BCE, que podrían incluir una subida de las tasas para combatir la inflación. Sin embargo, tras varias alzas consecutivas, aumenta la incertidumbre sobre si el organismo presidido por Christine Lagarde mantendrá esta tendencia o si pausará por primera vez en más de un año.
El retroceso de Milán fue además influenciado por los descensos de acciones de sectores estratégicos, como el bancario y el energético, algunos de los cuales realizaron el mencionado reparto de dividendos. Dentro de este grupo destacan empresas como Terna, Enel y A2A. Este pago de dividendos suele provocar una corrección técnica de los precios debido al ajuste natural que se produce en los valores tras el reparto de beneficios entre los accionistas.
En el ámbito empresarial, Enel cayó un significativo 4,92%, mientras que su competidora A2A perdió un 4,18% en la sesión. Terna, la empresa dedicada a la transmisión de electricidad, también fue protagonista de caídas, con un retroceso del 3,78%, arrastrando al índice general a la baja y contribuyendo a la caída del FTSE MIB, que ya había empezado la jornada con una tendencia negativa.
Mientras tanto, el resto de los mercados europeos cerraron de forma mixta. París fue la excepción más destacada, al finalizar en terreno positivo, gracias a sus buenos resultados en el sector del lujo, encabezados por grandes marcas como LVMH. Otros índices europeos, como el DAX alemán o el Ibex 35 en España, mantuvieron su estabilidad o presentaron ligeras caídas.
A nivel internacional, los inversores también se muestran cautelosos debido a nuevos datos económicos provenientes de China y Estados Unidos, que pueden tener repercusiones en los mercados globales. La situación económica china ha causado preocupación debido a su desaceleración, mientras que en Estados Unidos, la reciente subida de tasas de los bonos del Tesoro sigue siendo un factor de riesgo significativo para las acciones.
Por el momento, todo apunta a que los inversores estarán atentos al pronunciamiento del BCE, que verificará en su próxima reunión si la inflación sigue en niveles que justifiquen restricciones monetarias adicionales o si el organismo optará por pausar, lo que podría generar un respiro para los mercados.