La luz experimenta un notable incremento en su precio a partir de mañana, y el coste medio de la electricidad para los consumidores alcanza niveles preocupantes en el inicio del mes de diciembre. Según los datos relevados, el precio promedio del megavatio hora (MWh) superará los 135 euros, lo cual representa una subida del 14% en comparación con los valores anteriores. Esta alza refleja las tensiones persistentes en el mercado energético, afectado tanto por factores globales como por desafíos relacionados con la transición energética en diversas regiones.
De acuerdo con el informe de iEconomia.com, la jornada de este viernes experimentará un precio medio exacto de 135,35 euros por MWh, lo que implica un importante encarecimiento respecto al día anterior, cuando la cifra se situó en los 118,84 euros MWh. Este cambio en la tarifa tendrá un impacto directo en los bolsillos de los consumidores europeos, y en especial de los españoles, donde este mercado está sometido a una alta volatilidad como resultado de la combinación entre la creciente demanda energética estacional, los costos del gas natural y los derechos de emisión de CO2 en el continente.
El comportamiento del mercado mayorista, conocido como «pool eléctrico», es clave para entender el alcance de este incremento. En ese sentido, el coste mayorista establece el precio base que los hogares y las empresas deben pagar, salvo aquellos que se encuentran bajo contratos con precios fijos. En el contexto actual, quienes están sujetos a tarifas variables o reguladas son más vulnerables a los altibajos del mercado, algo que ha generado preocupación debido a los efectos inflacionarios significativos de los últimos meses.
Otro factor crucial que contribuye a este despegue de precios es la dependencia del gas natural. Las tensiones geopolíticas recientes, sumadas a una oferta restringida, han mantenido los costes energéticos a niveles elevados. Además, las políticas ambientales europeas, enmarcadas en el objetivo de alcanzar la neutralidad de carbono hacia 2050, han incrementado la presión para reducir la dependencia de combustibles fósiles, lo que también influye en el aumento de los precios energéticos mayoristas en el corto plazo.
Ante este panorama, especialistas recomiendan a los consumidores implementar medidas de ahorro energético en el hogar y explorar opciones de contratos que ofrezcan cierta estabilidad en los costos. Al mismo tiempo, el gobierno y los reguladores se enfrentan al desafío de diseñar estrategias que amortigüen el impacto de estas variaciones bruscas en el mercado, considerando planes que aporten equidad y sostenibilidad al sistema.
En definitiva, el nuevo incremento del precio de la electricidad refuerza la importancia de la transición hacia sistemas energéticos más sostenibles y menos dependientes de combustibles fósiles. Sin embargo, queda claro que la transición presenta desafíos tanto económicos como sociales que deberán atenderse para evitar una mayor penalización al consumidor final.
