Izquierda y ultraderecha frenan a Barnier, Macron enfrenta nuevo bloqueo político

Francia enfrenta un nuevo bloqueo político tras el rechazo a Michel Barnier en la Asamblea Nacional

En un nuevo capítulo de tensiones políticas, la Asamblea Nacional de Francia rechazó este martes la propuesta del presidente Emmanuel Macron de nombrar al veterano político Michel Barnier como presidente del Consejo Económico, Social y Ambiental (CESE). Esta decisión deja al gobierno francés sumido en un nuevo bloqueo político, situación que Macron ya enfrenta desde el año pasado cuando su partido perdió la mayoría absoluta en las elecciones legislativas.

El rechazo a Barnier, conocido por haber encabezado las negociaciones del Brexit en nombre de la Unión Europea, fue impulsado por una alianza inusual entre la izquierda y la ultraderecha. Ambos sectores criticaron el perfil elevado de Barnier y su vínculo cercano con Macron, a quien pretenden debilitar políticamente. La votación, que terminó con 130 votos en contra, 120 a favor y 97 abstenciones, puso de manifiesto la dificultad del actual gobierno para avanzar con su agenda en un entorno parlamentario altamente polarizado.

La ultraderecha liderada por Marine Le Pen y la coalición izquierdista NUPES, encabezada por Jean-Luc Mélenchon, encontraron un terreno compartido en su oposición a Macron, aunque sus agendas políticas son diametralmente opuestas. Este frágil bloqueo cruzado es una señal más de la compleja aritmética política que domina el actual mandato del presidente francés.

El CESE, una institución consultiva que asesora al gobierno sobre múltiples áreas, desde economía hasta medio ambiente, tiene un rol simbólico pero relevante en la estructura institucional del país. En consecuencia, la negativa a designar a Barnier no solo representa un contratiempo político, sino también un desafío para el gobierno en términos de realizar nombramientos clave en el futuro cercano.

Desde la caída electoral en 2022, Macron y su alianza centrista han tenido que navegar un Parlamento dividido, enfrentándose constantemente a alianzas tácticas que impiden la implementación de sus iniciativas. Recordemos que solo este año, la reforma de las pensiones, una de las grandes apuestas del mandatario, encontró enorme resistencia tanto dentro del Palacio Bourbon como en las calles, con intensas protestas sociales.

El episodio también refleja un fracturado panorama político en Europa, donde las coaliciones extremas toman fuerza como reacción a las políticas neoliberales de los gobiernos en el poder. Ya sea por el ascenso de gobiernos populistas o por alianzas temporales entre partidos con intereses divergentes, queda clara una creciente fragmentación política que desafía las estructuras tradicionales.

En este contexto, el desafío para Macron en los próximos meses será no solo intentar recomponer el diálogo con un Parlamento fragmentado, sino también mantener su capacidad de gobernar en un entorno político cada vez más hostil. La derrota de Barnier es, sin duda, un recordatorio contundente de los límites de su poder actual.

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