Hungría planea aumentar el salario mínimo un 40% para 2027, anuncia presidente

En un compromiso que busca mejorar las condiciones socioeconómicas de los trabajadores húngaros, el presidente de Hungría, Viktor Orbán, anunció un ambicioso plan para aumentar el salario mínimo en un 40% hacia 2027. La declaración fue realizada en un evento organizado por la Cámara de Comercio e Industria de Hungría, y marca un nuevo capítulo en las políticas laborales y económicas del país. El Gobierno húngaro se compromete así a un crecimiento escalonado que pretende reforzar el poder adquisitivo de los ciudadanos y mantener competitiva la economía nacional.

El aumento del salario mínimo es una estrategia clave dentro de las prioridades gubernamentales para sostener la demanda interna y estimular el consumo. En este contexto, Orbán destacó la necesidad de asegurar una paridad salarial más cercana a la de los países de Europa Occidental, aunque manteniendo la previsión necesaria para no comprometer la economía en un entorno global adverso. Según el líder húngaro, el ajuste contemplará un ritmo equilibrado que permitirá a las empresas adaptarse a las nuevas condiciones sin generar presiones inflacionarias desmedidas ni comprometer el mercado laboral.

Actualmente, el salario mínimo mensual en Hungría se encuentra en torno a los 200.000 florines húngaros (aproximadamente 510 dólares estadounidenses). Aunque esta cifra ha mostrado avances respecto a años previos, sigue siendo significativamente inferior al promedio de las naciones más desarrolladas de la Unión Europea. Con el incremento del 40%, el salario mínimo alcanzaría alrededor de 280.000 florines húngaros, lo que representaría un cambio sustancial en los ingresos de cerca de un millón de trabajadores.

Esta propuesta, sin embargo, no está exenta de desafíos. Analistas locales y miembros de la oposición se han mostrado escépticos sobre la viabilidad de la medida ante el contexto macroeconómico actual, marcado por altos niveles de inflación y una desaceleración en las economías europeas. Algunos críticos señalan que el incremento sostenido de salarios podría generar presiones adicionales sobre las pequeñas y medianas empresas, que ya enfrentan dificultades en cuanto a competitividad y costos operativos.

Además, el plan surge en un momento en el que la economía húngara busca estabilizarse tras la crisis energética y las dificultades provocadas por la guerra en Ucrania. Pese a ello, el gobierno de Orbán parece decidido a cumplir con su promesa, destinando recursos y políticas para acompañar el aumento gradual. Este compromiso refuerza el discurso del mandatario sobre priorizar a los trabajadores en su agenda económica, mientras mejora la posición de Hungría en el mapa económico europeo.

En resumen, la promesa de aumentar el salario mínimo en un 40% para 2027 podría representar un gran avance para los trabajadores húngaros y sus familias, además de posicionar a Hungría con un enfoque más alineado a estándares europeos. No obstante, su éxito dependerá de la capacidad del gobierno para equilibrar los impactos económicos que dicha medida podría generar.

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