Convocatoria de huelga general en la fábrica cántabra de Altadis del 7 al 10 de enero
En un escenario de creciente tensión laboral, los trabajadores de la planta de Altadis ubicada en Cantabria, España, han convocado una huelga general que tendrá lugar entre el 7 y el 10 de enero de 2024. La decisión responde al rechazo de los empleados frente al plan de cierre definitivo de las instalaciones, anunciado por la compañía el pasado mes de septiembre. Según el comité de empresa, esta medida supone un duro golpe para los más de 50 trabajadores afectados por el cese de actividades, así como para la economía local.
Altadis, que forma parte del grupo Imperial Brands, anunció en su momento que el cierre de la fábrica responde a la caída sostenida en la demanda de cigarrillos tradicionales y al cambio estructural en las tendencias del mercado hacia productos alternativos. En este contexto, la compañía reafirmó que la decisión es «irreversible» y que obedece a un proceso de reestructuración global con el objetivo de optimizar sus operaciones. Sin embargo, para los trabajadores, el anuncio ha sido considerado injustificado y precipitado.
El comité argumenta que no se exploraron alternativas para salvar los empleos, como la posibilidad de reconvertir la planta para fabricar productos de nueva generación, una estrategia que se ha implementado en otras filiales de la empresa a nivel internacional. En consecuencia, las negociaciones hasta ahora no han tenido avances significativos, lo que desembocó en la convocatoria de la huelga general.
El cierre de la planta, situada en el municipio de Agoncillo, no solo impactará directamente a los empleados, sino también a una amplia red de proveedores y colaboradores locales que dependen de la actividad industrial de Altadis. Esto ha generado preocupación entre las autoridades locales y autonómicas, que han expresado su voluntad de mediar en el conflicto para evitar la clausura definitiva de la fábrica.
Por su parte, Altadis ha asegurado que está comprometida con garantizar indemnizaciones justas y un plan de recolocación para los trabajadores afectados. Sin embargo, esta promesa no ha sido suficiente para aplacar el descontento entre los empleados y los sindicatos, quienes consideran que estas medidas no compensan el impacto social y económico que generará el cierre.
En líneas generales, esta situación se enmarca dentro de un contexto más amplio que incluye los cambios en el consumo global de productos del tabaco y las restricciones regulatorias cada vez más estrictas en varios mercados. Esto ha llevado a empresas del sector a repensar sus estrategias de negocio, aunque no sin generar tensiones en las regiones donde tienen presencia industrial.
La huelga convocada para principios de enero generará nuevos desafíos tanto para Altadis como para las autoridades, que deberán intervenir para buscar soluciones que mitigan el impacto de la decisión empresarial. La mirada estará puesta no solo en la resolución de este conflicto puntual, sino también en las implicancias que podría tener para otras industrias tradicionales en medio de cambios estructurales en la economía global.