El G20, conformado por las principales economías del mundo, expresó su «firme compromiso» en la lucha contra el cambio climático, durante la reciente Cumbre de Ministros de Finanzas y Gobernadores de Bancos Centrales celebrada en Marrakech, Marruecos. Los líderes destacaron la importancia de una acción inmediata y concertada para mitigar los efectos cada vez más graves del calentamiento global, y subrayaron su apoyo a la implementación del Acuerdo de París para limitar el aumento de temperatura global por debajo de los 1,5°C, y alcanzar la neutralidad de emisiones de gases de efecto invernadero para mediados de siglo.
En el comunicado emitido por el bloque, se reconoce que la crisis climática es una de las mayores amenazas para la economía global, afectando el desarrollo sostenible, el bienestar humano y la estabilidad del sistema financiero. Por ello, los países del G20 instan a acelerar las acciones de mitigación y adaptación, así como el financiamiento de estas medidas. «Reafirmamos nuestro compromiso de movilizar recursos financieros, tanto de fuentes públicas como privadas, para apoyar a los países más vulnerables frente a los impactos del cambio climático», resaltan en el documento.
El sector financiero fue un punto clave de la discusión. Los países del G20 se mostraron convencidos de que la transición hacia economías bajas en carbono no es solo una urgencia ambiental, sino también una oportunidad económica. Se hizo hincapié en la necesidad de movilizar inversiones sostenibles, con particular importancia en proyectos de infraestructura verde, tecnologías limpias y energías renovables. En esa línea, se destacó el rol del sector privado y las instituciones financieras internacionales para impulsar esta transformación.
El papel del financiamiento climático tomó protagonismo. Los ministros indicaron que se debe acelerar la provisión de financiamiento, en particular para las naciones en desarrollo, que suelen ser las más afectadas por la crisis climática y, al mismo tiempo, no cuentan con los recursos suficientes para adoptar medidas adecuadas de adaptación y mitigación. El G20 reafirmó su meta de movilizar 100.000 millones de dólares anuales, una promesa efectuada hace más de una década en el marco de las negociaciones climáticas, pero que aún no ha sido totalmente cumplida.
Si bien el compromiso general parece claro, los desafíos prácticos prevalecen. Las actuales tensiones geopolíticas, las dificultades económicas pospandemia y las diversas prioridades nacionales podrían retrasar la implementación de las estrategias climáticas acordadas. Sin embargo, el acuerdo alcanzado en Marrakech marca una señal alentadora antes de la esperada Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28), que tendrá lugar en Dubái a finales de este año.
En resumen, el G20 reafirma su clara determinación de combatir la crisis climática, destacando el rol esencial del financiamiento y la acción conjunta. La comunidad internacional permanece atenta a la materialización de los compromisos asumidos, particularmente en su impacto sobre economías en desarrollo y el necesario impulso de las inversiones verdes para un crecimiento sostenible.