Fitch rebaja la perspectiva de Rumanía a «negativa» por creciente inestabilidad política
En una nota publicada este viernes, la agencia calificadora de crédito Fitch Ratings tomó la decisión de bajar la perspectiva de la calificación soberana de Rumanía de «estable» a «negativa». Según el informe, esta medida responde a las crecientes tensiones políticas en el país, que ponen en riesgo no solo la estabilidad del gobierno, sino también la implementación de las reformas económicas y fiscales necesarias para garantizar un crecimiento sostenible.
Actualmente, la calificación de Rumanía se mantiene en «BBB-«, el nivel más bajo dentro del grado de inversión. Sin embargo, con el cambio en la perspectiva, Fitch sugiere que podrían producirse futuros ajustes a la baja si persisten los problemas estructurales y políticos que aquejan al país. La agencia destaca que el deterioro de la cohesión política obstaculiza la capacidad de Rumanía para abordar desafíos clave en áreas como la consolidación fiscal y el control del gasto público, todo en un contexto global de incertidumbre económica.
De acuerdo con Fitch, la reciente crisis política, que ha resultado en fisuras dentro de la coalición gubernamental y crecientes tensiones parlamentarias, pone en jaque la capacidad del país para mantener sus compromisos en materia de gobernanza y sostenibilidad fiscal. Esto es particularmente crítico dado que Rumanía enfrenta un déficit fiscal elevado y una deuda pública que, aunque moderada en comparación con otros países europeos, ha mostrado un sostenido crecimiento en los últimos años.
En su evaluación, la calificadora también señaló que Rumanía sigue siendo vulnerable a riesgos externos, particularmente en el contexto de un entorno global más restrictivo, con tasas de interés al alza y una mayor volatilidad en los mercados financieros internacionales. Según el informe, este entorno económico difícil podría agravar aún más las dificultades fiscales del país si no se adoptan rápidamente medidas correctivas.
A pesar del cambio en la perspectiva, Fitch destacó algunos puntos positivos en la economía rumana, como su robusta recuperación tras la crisis del COVID-19 y su posición favorable en términos de reservas internacionales. Sin embargo, la agencia advirtió que estas fortalezas podrían erosionarse si no se abordan los problemas subyacentes relacionados con la gobernabilidad y el déficit fiscal.
La decisión de Fitch llega en un momento delicado para los mercados internacionales, que siguen con atención el desempeño macroeconómico de Europa Central y del Este. La noticia podría ejercer presión sobre las autoridades rumanas para acelerar reformas clave y restaurar la confianza en la estabilidad del país, no solo a nivel local, sino también ante inversores y organismos internacionales.