El Gobierno argentino reitera su compromiso en la reducción de la jornada laboral
En el marco de una creciente discusión sobre la necesidad de adaptar las condiciones laborales a nuevas realidades sociales y tecnológicas, el Gobierno argentino volvió a manifestar esta semana su compromiso con la reducción de la jornada laboral. Así lo confirmó Raquel Saiz, representante oficial en esta materia, en respuesta a las acusaciones vertidas por sectores críticos, como el liderado por el economista Díaz, quien calificó la medida como una acción imprudente en el contexto económico actual.
Durante su intervención en un encuentro reciente con referentes de gremios y cámaras empresariales, Saiz subrayó que este proyecto no solo busca mejorar la calidad de vida de los trabajadores, sino también fomentar la creación de empleo formal y la redistribución de las horas laborales. En un contexto de alta inflación y un mercado laboral tensionado, el Gobierno considera que reducir la cantidad de horas trabajadas podría dinamizar la contratación de nuevos empleados, impulsando a las empresas a repartir las tareas entre más personas.
A pesar del entusiasmo oficial, la propuesta enfrentó críticas de distintos sectores económicos. Por un lado, Díaz argumentó que reducir la jornada laboral en un momento de inestabilidad económica podría aumentar los costos para las empresas, dificultando aún más su competitividad en el ámbito internacional. Por otro lado, algunos empresarios han expresado preocupación sobre las implicancias prácticas de la medida, especialmente para pequeñas y medianas empresas, quienes sostienen márgenes más ajustados.
No obstante, Saiz desestimó estas críticas e insistió en que el proyecto será implementado gradualmente y en diálogo constante con todas las partes involucradas. El objetivo no es imponer un cambio abrupto, sino avanzar hacia una transición justa y ordenada. Estamos convencidos de que esta iniciativa puede ser un motor para mejorar las condiciones laborales y, al mismo tiempo, dinamizar la economía, expresó Saiz.
En sintonía con las declaraciones del Gobierno, algunos sectores sindicales han salido en apoyo del proyecto, destacando la importancia de modernizar la legislación laboral para alinearla con las tendencias globales. Según un informe reciente, países que han reducido sus jornadas laborales, como Islandia o Bélgica, han reportado mejoras en la productividad y en el bienestar general de los trabajadores, elementos que el Ejecutivo argentino busca replicar.
El debate sobre la reducción de la jornada laboral promete intensificarse en los próximos meses, a medida que el Gobierno avance con los primeros pasos legislativos. En un país que enfrenta múltiples desafíos económicos y sociales, esta propuesta se suma a las iniciativas que buscan equilibrar las demandas laborales, el crecimiento económico y la justicia social.
