El Tesoro de Argentina aspira a captar hasta 3.000 millones de dólares en última licitación del 2024
El Gobierno argentino se prepara para afrontar uno de los mayores desafíos económicos del próximo año con la última subasta de deuda programada para 2024. Según informó este lunes el Ministerio de Economía, el Tesoro Nacional tiene como objetivo captar hasta 3.000 millones de dólares mediante la emisión de instrumentos financieros en pesos y dólares. La operación marcará el cierre de un ciclo fiscal crucial para la estabilización de las cuentas públicas en un contexto de elevada inflación y restricciones financieras.
La cartera económica detalló que la oferta incluirá una combinación de bonos atados a la inflación (CER), títulos a tasa fija y deuda vinculada al dólar (dollar-linked), con distintos vencimientos que buscan atraer a un amplio espectro de inversores. Esta estrategia, que apunta a garantizar refinanciamiento de vencimientos previos y captar nuevo capital, es considerada clave para mejorar la sostenibilidad fiscal antes de una etapa electoral crítica y en un entorno internacional adverso.
Para el mercado, esta subasta no solo será relevante por el monto a captar, sino también por las señales que enviará en términos de confianza. La deuda del Tesoro ha sido motivo de debate en los últimos meses, ya que expertos advierten sobre el aumento en los niveles de endeudamiento en moneda local, lo que podría exacerbar las presiones sobre la inflación en el mediano y largo plazo. Sin embargo, desde el Ministerio de Economía han defendido esta modalidad, argumentando que es un componente natural de la gestión de deuda soberana en países emergentes.
Los analistas consultados por el portal estiman que los resultados de esta subasta podrían influir directamente en la dinámica del mercado cambiario argentino, que recientemente ha mostrado signos de volatilidad. En este sentido, se espera que la colocación de instrumentos en dólares y dollar-linked sirva como una herramienta para contener la demanda de divisas en el mercado paralelo, al tiempo que busca satisfacer las demandas de los inversores más cautelosos frente a la depreciación del peso.
En términos más amplios, el resultado de esta subasta también tendrá implicaciones para el cumplimiento de las metas acordadas con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que incluyen objetivos de déficit fiscal primario y acumulación de reservas en el Banco Central. La relación con el FMI ha sido una de las piezas centrales de la política económica argentina, y los próximos reportes del organismo internacional estarán atentos a la capacidad del Gobierno de cumplir con los compromisos establecidos.
De cara a los próximos meses, el Tesoro deberá enfrentar importantes vencimientos de deuda, lo que hace que esta última licitación del año sea decisiva. Con una economía marcada por múltiples desafíos internos y externos, el éxito o fracaso de esta operación podría terminar siendo un termómetro clave de la confianza del mercado hacia la gestión económica actual.