EE. UU. endurece sanciones contra Gazprombank y entidades del sistema financiero ruso
En una nueva escalada de las tensiones económicas y políticas, Estados Unidos impuso el jueves nuevas sanciones sobre Gazprombank y más de un centenar de entidades del sistema bancario ruso. Esta medida busca asfixiar aún más la economía rusa como parte de la estrategia occidental en respuesta a la invasión de Ucrania. Según informó el Departamento del Tesoro, estas sanciones apuntan a sectores clave del sistema financiero ruso, considerado un pilar de apoyo para las acciones del Kremlin.
Gazprombank, una de las principales instituciones de Rusia, es un objetivo central de estas medidas. El banco, vinculado estrechamente al gigante energético Gazprom, desempeña un rol crucial en la economía del país, especialmente en transacciones relacionadas con exportaciones de gas natural. Además, otras instituciones financieras menores y una variedad de empresas vinculadas al sector energético y militar también han sido incluidas en la lista de sancionados.
Según declaraciones de altos funcionarios estadounidenses, estas sanciones buscan estrechar aún más el cerco económico sobre Moscú, cortando accesos a fuentes críticas de financiamiento y complicando sus operaciones internacionales. Asimismo, las restricciones pretenden debilitar la capacidad de Rusia para sostener su maquinaria bélica en el conflicto en Ucrania, al tiempo que aíslan a actores clave de la economía rusa del sistema financiero global, supervisado en gran medida por Occidente.
Analistas económicos advierten que estas sanciones podrían tener profundos efectos sobre Gazprombank y otros bancos sancionados, además de potencialmente intensificar los desafíos para la economía rusa, que ya enfrenta un panorama complicado. Sin embargo, también plantean interrogantes sobre las consecuencias indirectas en los mercados de energía global, especialmente en Europa, que sigue dependiendo en gran medida del gas ruso. El endurecimiento de las medidas podría generar más volatilidad y presión sobre los precios de la energía en un contexto internacional aún vulnerable tras los desequilibrios generados por la pandemia y las crisis geopolíticas.
Por su parte, el Kremlin desestimó las sanciones como «un ataque más del bloque occidental» y acusó a Estados Unidos de «usar la economía como un arma política». Funcionarios rusos aseguraron que buscan desarrollar mecanismos internos y alianzas alternativas con otras potencias para mitigar el impacto de las sanciones. Sin embargo, expertos consultados destacan que Rusia enfrenta limitaciones en su capacidad de maniobra, especialmente en un momento en que el aislamiento internacional dificulta su acceso a divisas fuertes y tecnologías avanzadas necesarias para sostener su economía.
Con esta última batería de sanciones, Estados Unidos refuerza su compromiso de ejercer presión sobre Moscú y usar herramientas económicas para influir en la resolución del conflicto, mientras se examina cómo las medidas afectarán no solo al sistema financiero ruso, sino también a la estabilidad económica mundial.