El Congreso de Estados Unidos consiguió evitar un cierre parcial del gobierno federal al aprobar este sábado una medida de emergencia que extiende los fondos públicos durante 45 días. El acuerdo, alcanzado en el último minuto, evita una parálisis que habría tenido severas repercusiones económicas tanto a nivel nacional como global. Este pacto, que ahora debe ser firmado por el presidente Joe Biden, no incluye financiamiento adicional para Ucrania, un tema que generó divisiones dentro de las filas republicanas.
Con 88 votos a favor y 9 en contra en el Senado, tras haber sido aprobado por la Cámara de Representantes con un margen de 335-91, el acuerdo extiende los presupuestos de las agencias gubernamentales hasta el 17 de noviembre. Esto permitirá que estas sigan operando mientras persisten las negociaciones entre demócratas y republicanos para acordar un presupuesto definitivo. No obstante, el hecho de que este acuerdo sea solo una solución temporal sugiere que los riesgos de un nuevo enfrentamiento político dentro de seis semanas son altos.
Uno de los principales puntos de discordia dentro del Partido Republicano ha sido el apoyo financiero a Ucrania. Mientras que sectores moderados respaldan continuar financiando la defensa del país europeo en su conflicto contra Rusia, un grupo significativo de congresistas de línea dura se opone, argumentando que las prioridades de gasto deben enfocarse en cuestiones internas como el control de la inmigración en la frontera sur. Esta falta de consenso llevó a que el apoyo adicional de 6.000 millones de dólares a Ucrania quedara excluido de la prórroga presupuestaria.
La Casa Blanca, por su parte, ha manifestado su preocupación por la falta de financiamiento a Ucrania y ha instado al Congreso a abordar la cuestión en las próximas semanas. Jake Sullivan, Asesor de Seguridad Nacional de Biden, aseguró que tanto republicanos como demócratas han prometido a los ucranianos que el apoyo no cesará, pero que los próximos días serán clave para determinar cómo se resolverá este punto en las negociaciones presupuestarias.
La prórroga también incluye fondos para mitigar los desastres naturales, algo que fue un requerimiento crítico por parte de legisladores de ambos partidos principalmente de estados afectados por fenómenos climáticos recientes. Este aspecto subraya la importancia de mantener vías de comunicación abiertas para alcanzar compromisos que eviten el impacto de futuras paralizaciones gubernamentales.
El logro de este acuerdo, aunque temporal, refleja las tensiones políticas subyacentes en el Congreso y marca un precario equilibrio entre dos visiones muy diferentes sobre el futuro fiscal del país. Si bien por ahora se evitó un cierre con potenciales repercusiones a gran escala, el reloj ya comenzó su cuenta regresiva hacia la próxima fecha límite en noviembre.