Ecuador enfrenta una grave crisis eléctrica debido al impacto que está teniendo la sequía en el país, lo que ha motivado al gobierno a tomar medidas de emergencia para garantizar el suministro de electricidad. En este contexto, la administración del presidente Guillermo Lasso ha decidido contratar generadores eléctricos con un desembolso total estimado en 487,28 millones de dólares.
Según información reportada por varias fuentes oficiales, estos generadores tendrán una capacidad de 517 megavatios (MW), los cuales serán desplegados en diferentes plantas de energía. El objetivo es principalmente cubrir la creciente demanda de electricidad, que se ha visto perjudicada por la significativa baja en los niveles del embalse de Paute, el principal centro hidroeléctrico de Ecuador, derivado de la falta de lluvias. Actualmente, el país depende en gran medida de la energía proveniente de fuentes renovables como la hidroeléctrica, pero la caída en los niveles de agua está comprometiendo esa capacidad.
La crisis llevó al Ministerio de Energía y Minas de Ecuador a convocar el pasado abril a un concurso promocionado mediante proceso de licitación pública internacional, en busca de proveedores que pudieran desplegar las soluciones energéticas. Tras la adjudicación de este proceso, el gobierno optó por llevar adelante la contratación de estos generadores temporales con la intención de asegurar la estabilidad del sistema eléctrico durante los próximos meses.
La situación también refleja un creciente estrés en las finanzas públicas del país, que ya se encuentran marcadas por una elevada deuda y un déficit fiscal considerable. La emergencia eléctrica, sumada al contexto macroeconómico complicado por las tensiones políticas internas y la desaceleración global, podría ejercer más presión sobre las finanzas de Ecuador a corto y mediano plazo.
A pesar de estos planes de contingencia, algunos analistas especializados han advertido que las contrataciones anunciadas pueden no ser suficientes para solucionar integralmente la problemática en el mediano plazo. Por tal motivo, consideran que el gobierno debería realizar una reconfiguración más profunda del mix energético del país, diversificando hacia fuentes de energía alternativas, como la eólica o la solar, para evitar la dependencia exclusiva en la generación hidroeléctrica.
Por otro lado, se espera que las tensiones sobre el suministro de electricidad afecten tanto al sector productivo como al consumo interno, lo que podría traducirse en una desaceleración de la actividad económica. Ecuador, siendo un productor significativo de petróleo y exportador de productos agrícolas, podría enfrentar una mayor presión, sobre todo si los problemas eléctricos afectan las operaciones en sectores estratégicos.
El impacto de esta crisis y las medidas adoptadas para mitigarla seguirán siendo objeto de análisis, mientras la demanda de energía en el país continúa aumentado rápidamente. Las autoridades, por su parte, insisten que las soluciones contratadas están alineadas con el interés nacional, buscando asegurar el abastecimiento eléctrico por los próximos meses.