El Reino Unido sufre una inesperada contracción económica en octubre
La economía del Reino Unido sorprendió a los mercados al registrar una contracción inesperada en el mes de octubre, según datos oficiales revelados el lunes. Este retroceso plantea interrogantes sobre la resistencia de la economía británica frente a un entorno de alta inflación, tasas de interés elevadas y una desaceleración del crecimiento en general. La oficina nacional de estadísticas (ONS, por sus siglas en inglés) informó que el producto interno bruto (PIB) cayó un 0,1% en octubre, en comparación con el ligero crecimiento del 0,1% registrado en septiembre.
La contracción mensual del PIB se atribuye, en parte, a factores relacionados con la huelga de trabajadores en sectores clave y a los efectos persistentes del aumento de los costos energéticos, que han golpeado tanto al consumo empresarial como al familiar. La cifra, que decepcionó las expectativas del mercado que preveían un crecimiento nulo para el mes, enciende las alarmas sobre el desempeño económico del cuarto trimestre de 2023, especialmente en un contexto en el que el Banco de Inglaterra ha advertido sobre una posible recesión técnica en el futuro cercano.
El comportamiento por sectores evidenció un enfriamiento en las principales áreas de la producción. Según el informe de la ONS, el sector servicios, que representa aproximadamente el 80% de la economía británica, experimentó una caída del 0,1%. La producción industrial y la construcción también registraron descensos, siendo la primera la más afectada, con una contracción del 0,7%. Las huelgas en sectores del transporte y la sanidad se destacaron como factores disruptivos adicionales, generando un impacto negativo en diversas actividades.
La caída también refleja la presión que enfrentan los consumidores británicos ante una inflación aún elevada en bienes esenciales y un mercado laboral que si bien sigue robusto ha comenzado a mostrar signos de enfriamiento. En este sentido, los hogares han reducido gastos en sectores no esenciales, como ocio y entretenimiento, mientras que las empresas enfrentan un menor dinamismo en la inversión debido a la incertidumbre económica.
Desde el ámbito de la política monetaria, este resultado puede agregar nuevas variables a la discusión del Banco de Inglaterra en su próxima reunión. Aunque la entidad ha sostenido una estrategia agresiva de aumento de tasas para combatir la inflación, un debilitamiento más marcado de la economía podría llevarlos a reconsiderar el ritmo de ajuste. Por su parte, el gobierno británico encabezado por el primer ministro Rishi Sunak ha enfrentado críticas por la falta de medidas fiscales adicionales para estimular la actividad económica.
En respuesta a la noticia, los mercados financieros manifestaron una mezcla de inquietud y cautela. La libra esterlina mostró debilidad frente al dólar estadounidense y al euro, mientras que los rendimientos de los bonos británicos a largo plazo también descendieron, reflejando una mayor preferencia por activos seguros.
Con este inesperado retroceso en el PIB, el Reino Unido enfrenta un cierre de año complejo y plagado de desafíos, en un panorama donde los riesgos internos se suman a las presiones externas de una economía europea debilitada y un contexto global incierto.