La incertidumbre geopolítica sigue marcando el paso de los mercados en Europa, y este jueves no ha sido la excepción. El índice DAX 40 de Alemania, uno de los principales barómetros financieros del Viejo Continente, cerró con una caída del 0,67%, lastrado principalmente por el temor a una escalada de la guerra en Ucrania. Este contexto de nerviosismo ha cobrado fuerza tras reportes que mencionan un potencial incremento en las hostilidades, lo cual podría afectar aún más la economía global y las cadenas de suministro, especialmente en sectores críticos como energía y alimentos.
El retroceso del DAX 40 arrastra consigo los temores que los inversores mantienen sobre los impactos directos e indirectos del conflicto, y cómo estos podrían amplificarse en eventuales escaladas. Más allá del conflicto bélico, otros factores macroeconómicos también condicionan este panorama de incertidumbre, tales como las expectativas de nuevas subidas en las tasas de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE), en su intento por frenar la inflación que sigue afectando a la eurozona.
Este entorno tenso también invade a otros mercados del continente. En Francia, el CAC 40 cedió terreno un 0,33%, mientras que en Londres, el FTSE 100 registró una baja del 0,29%. Por otro lado, el IBEX 35 de España y otros índices menores europeos también registraron leves descensos. El denominador común de estas caídas está en la creciente desconfianza de los inversores por el impacto de una posible extensión del conflicto en Ucrania y sus eventuales consecuencias sobre el ya frágil escenario económico mundial.
Además de los factores geopolíticos y financieros, los precios de las materias primas ?con un rol crucial en Europa? vienen siendo objeto de volatilidad desde el inicio del conflicto en Ucrania. El gas natural, el petróleo y otros insumos clave para la industria y el día a día en la economía doméstica han experimentado oscilaciones importantes, aumentando la presión inflacionaria sobre los hogares y las empresas.
En tanto, las preocupaciones sobre el desempeño del crecimiento económico mundial también resuenan en territorios fuera de Europa. En las primeras semanas de octubre, las bolsas en Estados Unidos han mostrado un comportamiento mixto ante los temores recesivos y la incertidumbre sobre las políticas monetarias futuras de la Reserva Federal (Fed). Todos estos factores configuran un escenario de fragilidad para los mercados globales, que siguen a la expectativa de nuevas señales.
Para el cortísimo plazo, los analistas consideran que el rumbo de las tensiones en Europa del Este será clave a la hora de definir la estabilidad de los mercados en el viejo continente. En tanto, las gestiones diplomáticas para evitar una mayor confrontación militar continúan en marcha, aunque los inversores, por el momento, siguen mostrando reservas.