El Congreso de Perú aprobó este miércoles la censura del ministro de Energía y Minas, Óscar Vera, tras una votación que resalta la agudización de la crisis que atraviesa el sector minero, una de las piezas fundamentales de la economía en el país. Este hecho marca una nueva etapa de inestabilidad en la cartera, en un contexto donde la producción de metales cruciales ha mostrado un retroceso mientras Petroperú, la estatal de hidrocarburos, enfrenta serias dificultades financieras.
Con 101 votos a favor, 11 en contra y 3 abstenciones en la sesión parlamentaria, el flamante exministro fue removido de su cargo menos de un año después de haber sido designado por la presidente Dina Boluarte. La censura fue impulsada principalmente por la oposición y se debe a los múltiples cuestionamientos sobre la gestión de Vera, especialmente ante una crisis que ha golpeado la confianza en un sector clave para el país, que es el mayor productor de cobre a nivel mundial.
El contexto en el que se da esta destitución es complejo. Por un lado, la industria minera peruana enfrenta conflictos sociales que han ralentizado importantes proyectos de inversión, especialmente en áreas dedicadas a la producción de cobre y otros minerales. Por otro lado, Petroperú, una de las empresas más relevantes de la infraestructura energética del país, atraviesa una crítica situación financiera que ha generado dudas tanto a nivel interno como internacional sobre su viabilidad a largo plazo.
La situación de Petroperú es particularmente preocupante. Según Analistas económicos, la estatal sufre de una alta carga de deuda y de cuestionamientos sobre su gobernanza y eficiencia. A ello se suma la suspensión de contratos clave, además de desafíos relacionados con el mantenimiento y desarrollo de sus operaciones en un entorno de precios internacionales fluctuantes.
De acuerdo con expertos, la destitución de ministros en Perú no es un hecho aislado y refleja la constante pugna política y social que afecta al país. Esto genera un impacto directo en el desarrollo de proyectos y en la confianza de los inversionistas extranjeros, fundamentales para el crecimiento de un sector tan estratégico como el minero.
Por su parte, la presidencia aún no ha anunciado quién será el reemplazo de Vera, aunque se especula que la designación tendrá que ser rápida para evitar un mayor deterioro en la gestión de esta cartera. Mientras tanto, el sector privado y las comunidades afectadas esperan señales claras de estabilidad y promoción de políticas que fomenten tanto la inversión como el diálogo para resolver conflictos sociales.
La censura de Vera llega en un periodo delicado para la economía peruana y deja en claro la necesidad urgente de resolver las profundas grietas en la gestión de los recursos naturales, vitales para un país que depende en gran medida de sus exportaciones mineras.