Conflicto ferroviario en España: la CGT convoca una huelga de diez días en Iryo durante las fiestas
En pleno auge de las festividades de Navidad y Año Nuevo, el sindicato español Confederación General del Trabajo (CGT) ha anunciado una huelga de diez días en Iryo, la nueva ferroviaria de alta velocidad del país. Esta medida de fuerza se presenta como una respuesta a diferencias laborales entre la empresa, que entró en operaciones hace solo un mes, y sus empleados, quienes buscan mejorar sus condiciones laborales y salariales. La noticia ha generado preocupación tanto entre los viajeros como en la propia compañía, dado el impacto que podría tener en uno de los momentos del año con mayor demanda de desplazamientos.
El paro, convocado para los días 23, 24, 25, 30 y 31 de diciembre, así como el 1, 6, 7, 8 y 13 de enero, coincide con jornadas clave de celebraciones familiares y desplazamientos masivos. Según la CGT, la huelga responde al descontento por parte de su base trabajadora debido a presuntas «imposiciones y falta de voluntad negociadora» por parte de la empresa. Entre los reclamos específicos se encuentra la falta de cumplimiento de ciertas normativas laborales, factores que el sindicato considera esenciales para garantizar la seguridad y el bienestar de los empleados.
Iryo, que debutó en el mercado español el pasado 25 de noviembre, se posiciona como un actor importante en el sector ferroviario de alta velocidad. La compañía comenzó a operar inicialmente en la ruta Madrid-Zaragoza-Barcelona, y desde el 16 de diciembre amplió su servicio a nuevas conexiones hacia Madrid-Valencia. En pleno proceso de crecimiento, este conflicto supone un desafío significativo para la empresa, que enfrenta la dificultad de consolidar su marca y ganarse la confianza del público en un momento de alta competencia.
La dirección de Iryo, al respecto, expresó su descontento por la convocatoria sindical, afirmando que «no existe causa razonable» para justificar el paro y calificándolo como un acto que «atenta contra el servicio público esencial». Además, la compañía aseguró que está comprometida con el establecimiento de un entorno de diálogo y negociación para resolver cualquier controversia laboral, sin afectar a los usuarios ni dañar su operativa.
El impacto de esta huelga, sin embargo, se sentirá con fuerza entre los usuarios habituales y los nuevos clientes que pretendían probar el servicio Iryo durante su temporada inaugural. Todo esto en un contexto complejo para el sector de transporte ferroviario, que en los últimos años ha sido uno de los más afectados por la pandemia y enfrenta ahora la alta inflación y crecientes costos de operación.
La CGT destacó que su intención no es perjudicar a los viajeros, pero subrayó la necesidad de visibilizar y exigir mejoras en las condiciones laborales de los empleados. En contraste, la empresa insta a superar esta crisis a través del consenso, sin recurrir a medidas que puedan debilitar su imagen y generar inconvenientes para los ciudadanos.