El Banco Popular de China suspende compras de deuda pública ante caída de rentabilidad de bonos chinos
En un movimiento que refleja las tensiones crecientes en el mercado de deuda china, el Banco Popular de China (BPC) ha decidido suspender temporalmente las compras de deuda pública, en medio de la preocupante caída en la rentabilidad de los bonos soberanos del país. La medida se toma tras una serie de señales de advertencia sobre la estabilidad financiera de la segunda economía más grande del mundo, que continúa enfrentando desafíos significativos en su recuperación postpandemia.
La decisión, anunciada esta semana, se produce en un contexto en el que los rendimientos de los bonos chinos han caído a niveles históricamente bajos. Según los analistas, este fenómeno se debe a una combinación de factores que incluyen la desaceleración del crecimiento económico, una débil demanda interna y las políticas monetarias ultra relajadas que el banco central ha implementado para estimular la economía. Sin embargo, esta estrategia expansiva parece estar teniendo un impacto adverso en los mercados, erosionando la confianza de los inversores y poniendo presión sobre las instituciones financieras.
De acuerdo con información publicada por Investing.com, la decisión de detener las compras de bonos busca frenar la caída de las tasas de interés que podría terminar afectando aún más los ya tensos márgenes de rentabilidad, especialmente en el sector bancario. En paralelo, se espera que el banco central explore otras herramientas de política monetaria para estabilizar el mercado de bonos y evitar una crisis crediticia más amplia. Según expertos, el BPC podría optar por ajustes en las tasas de referencia o incluso intervenir directamente en otros segmentos del mercado financiero.
La medida también llega en un momento en el que crecen las preocupaciones sobre el impacto de la crisis inmobiliaria que atraviesa China, marcada por el colapso de gigantes del sector como Evergrande. Este escenario ha ampliado las dudas entre inversores internacionales, quienes ven con escepticismo la capacidad del gobierno para preservar la estabilidad económica sin recurrir a medidas más drásticas.
Los efectos internacionales de esta decisión tampoco deben ser subestimados. Dada la creciente integración de China en los mercados financieros globales, cualquier desajuste significativo en su mercado de deuda pública podría tener repercusiones en otros mercados emergentes y en el flujo de capitales hacia economías en desarrollo, incluidas las de América Latina, que suelen depender de inversiones extranjeras para financiar déficits presupuestarios y proyectos de infraestructura.
En este contexto, los inversores globales estarán atentos a las próximas señales del BPC y a los datos económicos de China, para calibrar si el gigante asiático es capaz de reencauzar su economía sin empeorar las turbulencias en su mercado financiero.