La Bolsa Mexicana de Valores (BMV) registró una jornada negativa este jueves al cerrar con una caída del 0,49%, lo que extendió su racha bajista a siete días consecutivos de pérdidas y acumuló un retroceso del 4%. Este comportamiento refleja un clima de incertidumbre global, marcado por las preocupaciones en torno a las políticas monetarias de los bancos centrales más importantes a nivel mundial.
El índice de referencia, el S&P/BMV IPC, terminó la jornada con 49.576 unidades, lo que representa una disminución de 244,49 puntos. Este resultado sigue la tendencia negativa en el contexto de los mercados internacionales, que están presionados por el creciente temor a mayores tasas de interés por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) y otros bancos centrales. El objetivo: intentar contener la inflación, que sigue por encima de los objetivos planteados por las autoridades monetarias.
A nivel interno, las caídas en la renta variable mexicana fueron lideradas por las acciones de Wal-Mart de México, que sufrió una contracción del 1,18%. El declive también se vio impulsado por las acciones de empresas como América Móvil (-0,97%) y Grupo Financiero Banorte (-0,57%), que arrastraron el desempeño general del índice de la bolsa mexicana.
Los principales analistas financieros destacan que las caídas prolongadas en la BMV no solo son atribuibles a las preocupaciones por la política monetaria externa, sino también a las incertidumbres económicas internas en México. Entre los factores que alimentan estos temores se incluyen las expectativas moderadas en cuanto al crecimiento económico del país y los posibles ángulos desfavorables del paquete económico para 2024 que el gobierno actual ha estado delineando.
A nivel internacional, las bolsas globales también cerraron en números rojos. Wall Street, por ejemplo, culminó con un balance negativo, donde el índice Dow Jones perdió un 1,09%. Esta tendencia a la baja estuvo protagonizada por rendimientos crecientes en los bonos del Tesoro estadounidense, que ahora representan una competencia más atractiva para los mercados bursátiles debido a las expectativas de tasas de interés más altas por más tiempo.
En resumen, la combinación de la creciente aversión al riesgo global, las expectativas de tasas de interés más elevadas y la falta de catalizadores positivos en el plano local llevaron a que la Bolsa Mexicana de Valores extendiera su tendencia bajista. Los inversionistas deberán monitorear de cerca los futuros movimientos de la política monetaria tanto en el ámbito local como internacional para evaluar las perspectivas de recuperación en las próximas semanas.