De acuerdo con un informe reciente publicado por el Bank of America (BofA), el impulso alcista del dólar estadounidense podría estar llegando a su fin, con una desaceleración proyectada que podría comenzar en 2025. Este análisis llega en un momento en el que la economía mundial se encuentra en una etapa de reconfiguración, marcada por la moderación de la inflación y ajustes en las políticas monetarias por parte de bancos centrales. La entidad financiera anticipa que la moneda estadounidense, que ha mostrado fortaleza frente a varias divisas globales en los últimos años, enfrentará un contexto menos favorable en los próximos ejercicios.
El informe destaca que el posible cambio de tendencia en el dólar está vinculado a una confluencia de factores macroeconómicos. Uno de los más destacados es la estabilización esperada en las tasas de interés de la Reserva Federal (Fed). Después de un período de incrementos significativos para combatir la inflación, se prevé que la Fed adopte una postura más moderada hacia 2024 y 2025, lo que podría restar atractivo al dólar como moneda de inversión. Además, la mejora gradual en las perspectivas económicas de Europa y otras regiones podría trasladar el interés hacia otras divisas.
«Pese a que el dólar continúa beneficiándose de su estatus como refugio seguro en tiempos de incertidumbre, las dinámicas globales podrían evolucionar en su contra», señaló el informe de BofA. La entidad subrayó que los inversionistas deben estar atentos a los cambios en los flujos de capital y a las decisiones de política económica que tomen otros bancos centrales, como el Banco Central Europeo (BCE) o el Banco de Japón, cuyas estrategias podrían influir en la competitividad relativa de sus monedas frente al dólar.
Desde el punto de vista del rendimiento, BofA señala que los niveles actuales del dólar se encuentran relativamente altos en comparación con su desempeño histórico. Este comportamiento ha sido impulsado en gran parte por factores estructurales, como el diferencial de tasas de interés y una sólida demanda en momentos de incertidumbre global. No obstante, con la inflación en países desarrollados mostrando signos de moderación y la reactivación de ciertas cadenas de suministro internacionales, el dólar podría enfrentar presiones a la baja.
Para los mercados emergentes, como el caso de Argentina, estas proyecciones del dólar huelgan importancia, ya que posibles fluctuaciones de la moneda estadounidense pueden influir directamente en estrategias de inversión, flujos de capital y el tipo de cambio local. La advertencia de BofA invita a considerar una diversificación de carteras y una evaluación profunda de los riesgos, especialmente en un contexto de alta volatilidad económica y financiera.
Si bien las proyecciones de mediano plazo siempre están sujetas a cambios por factores imprevistos, el informe del Bank of America refuerza la necesidad de que los inversionistas sigan de cerca las señales de los bancos centrales y las tendencias macroeconómicas globales. El dólar, aunque todavía fuerte, podría enfrentar un panorama distinto en el futuro cercano.