China Southern Airlines pone en venta sus Boeing 787-8 debido a la caída en la demanda de vuelos internacionales
En una movida que refleja la difícil situación que atraviesa la aviación comercial pospandemia, China Southern Airlines, la mayor aerolínea de China en términos de flota y pasajeros transportados, ha anunciado la venta de sus aviones Boeing 787-8 Dreamliner. La decisión está vinculada a una disminución sostenida en la demanda de vuelos internacionales, según informaron fuentes de la compañía.
El anuncio fue publicado en un sitio web oficial de subastas de activos del gobierno chino, lo que confirma la intención de deshacerse de estas aeronaves para optimizar su flota y costos operativos. En total, la aerolínea planea vender tres Boeing 787-8, modelos que hasta hace poco eran considerados clave para rutas internacionales de largo radio gracias a su eficiencia energética y capacidad tecnológica avanzada.
La noticia no sorprende del todo, ya que el sector aéreo chino aún enfrenta el desafío de recuperar completamente la conectividad internacional que existía antes de la pandemia de COVID-19. A pesar del relajamiento de restricciones sanitarias y del repunte en las rutas domésticas, las operaciones internacionales están lejos de normalizarse. Según datos del sector, el tráfico internacional sigue siendo débil, y las aerolíneas grandes han centrado su atención en reforzar el mercado interno, donde ven mayores oportunidades de generar beneficios en el corto plazo.
Esta medida no solo afecta a China Southern Airlines, sino que podría tener implicaciones para la industria aeronáutica en general. Boeing, uno de los mayores fabricantes de aviones comerciales del mundo, enfrenta una combinación de desafíos derivados de la incertidumbre en mercados clave como el chino. Los 787-8 en venta, aunque todavía en buenas condiciones operativas, podrían ver una depreciación en su valor de mercado por la falta de interés global en este tipo de aeronaves en el contexto actual.
En paralelo, algunos analistas consideran que esta venta podría representar una oportunidad para aerolíneas de otras regiones que buscan ampliar o modernizar su flota a precios más competitivos. Sin embargo, también alertan sobre los riesgos de añadir capacidad en mercados aún inestables.
De momento, la subasta de las aeronaves ya ha generado interés en la industria, aunque no se han revelado detalles respecto a posibles postores o el precio de salida. Lo que está claro es que China Southern Airlines apunta a racionalizar sus operaciones en medio de un entorno económico global desafiante, priorizando la sostenibilidad financiera y ajustándose a los patrones de demanda actuales.
El caso de China Southern Airlines es un recordatorio de cómo la aviación comercial sigue adaptándose a un «nuevo normal», donde la flexibilidad y la gestión estratégica de activos se han convertido en requisitos fundamentales para la supervivencia a largo plazo.