En una nueva muestra del impacto económico y urbano de proyectos de infraestructura a gran escala, Riad, la capital de Arabia Saudita, ha inaugurado oficialmente su esperado metro, un sistema de transporte que simboliza la apuesta del país por la diversificación económica y la modernización de sus ciudades. Según informa iEconomia.com, este avance marca un hito no solo en movilidad urbana, sino también en los esfuerzos del reino para reducir su dependencia del petróleo.
El metro de Riad, que empezó a recibir a sus primeros pasajeros, es uno de los proyectos más ambiciosos de transporte público en el mundo. Con una extensión de 176 kilómetros y seis líneas principales, el sistema apunta a transformar el desplazamiento dentro de la ciudad, donde hasta ahora predominaban los automóviles como medio de transporte. Se espera que el metro tenga un impacto significativo en la congestión vehicular y en la sostenibilidad ambiental, mejorando la calidad de vida de los ciudadanos y disminuyendo las emisiones de carbono.
El proyecto forma parte del plan Visión 2030, una estrategia impulsada por el príncipe heredero Mohammed bin Salman para diversificar la economía saudita y fomentar el desarrollo de sectores como el turismo, la tecnología y las infraestructuras. La apuesta por el metro de Riad refleja el compromiso del gobierno saudita con esta agenda, cuyo objetivo central es reducir la dependencia de los ingresos petroleros y atraer inversores extranjeros a nuevos sectores productivos.
La construcción del metro, que tuvo un costo estimado en más de 22.500 millones de dólares, involucró a grandes consorcios internacionales y utilizó tecnología de última generación. Además de su impacto en el sector transportista, se estima que la obra generó miles de empleos directos e indirectos durante su desarrollo. Sin embargo, también enfrentó desafíos significativos, incluidos retrasos por la pandemia de COVID-19 y complejidades técnicas inherentes al proyecto.
De cara al futuro, el metro tendrá un papel central no solo en la movilidad urbana, sino también en la capacidad de Riad para atraer capital extranjero y realizar grandes eventos internacionales. Además, Arabia Saudita planea extender este modelo de transporte a otras ciudades del país, ampliando su enfoque en el desarrollo urbano y económico de forma integral.
Analistas destacan que proyectos como este fortalecen la imagen del reino en el escenario global como un destino en transformación. Con la entrada en operación de un sistema de transporte de esta envergadura, Arabia Saudita da un paso firme hacia una economía más diversificada y menos dependiente de los hidrocarburos, en línea con los objetivos del plan Visión 2030.
La inauguración del metro, por lo tanto, no es simplemente un avance en el ámbito de transporte, sino una señal del cambio estructural que Arabia Saudita busca liderar en su región, posicionándose como un referente de modernidad y progreso en Medio Oriente.