Rentabilidad hotelera sube 10% en verano impulsada por aumentos de precios turísticos

La rentabilidad hotelera en Argentina mostró un sólido incremento durante la temporada veraniega de 2023, con una suba cercana al 10% respecto del año anterior. Este crecimiento fue impulsado principalmente por los aumentos en los precios, en un contexto de alta demanda turística en los principales destinos del país. Según datos de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), el desempeño del sector hotelero fue clave para el repunte de otras actividades vinculadas al turismo, como la gastronomía y el comercio minorista.

Durante los meses de verano, los precios de los alojamientos mostraron una suba promedio que superó el 8%, mientras que en los destinos más demandados las tarifas se incrementaron aún más. Este movimiento alcista de precios permitió a los hoteleros establecer márgenes de ganancia mayores a pesar de los efectos de la inflación y las constantes subidas en los costos operativos, tales como los salarios, los servicios públicos y el mantenimiento de las instalaciones.

El informe de CAME destaca que destinos tradicionales como Mar del Plata, Villa Carlos Paz y Bariloche fueron algunos de los grandes beneficiarios de esta dinámica, registrando niveles de ocupación cercanos al 90%. Este aumento en la ocupación, acompañado de la elevación de precios, logró compensar los efectos adversos causados por la inflación que afectó el poder adquisitivo de los consumidores.

Sin embargo, la combinación de mayor ocupación con una política de precios más agresiva plantea desafíos a futuro, ya que algunos expertos advierten sobre los límites a la capacidad del sector para trasladar costos en un contexto donde el tipo de cambio y la incertidumbre política generan volatilidad. Es previsible que un eventual enfriamiento en la demanda interna pueda poner presión sobre los precios en la próxima temporada si no se logran mantener niveles elevados de turismo internacional.

En relación a este último punto, la suba del tipo de cambio permitió que Argentina fuese un destino competitivo para turistas extranjeros, principalmente provenientes de Brasil y Chile, quienes aprovecharon la temporada estival para recorrer el país. De hecho, CAME señala que durante la temporada ingresaron divisas por más de USD 400 millones solo a través del turismo internacional, cifra que ayudó a paliar la escasez de dólares en la economía nacional.

No obstante, el sector hotelero todavía enfrenta importantes desafíos, especialmente en cuanto a la modernización de sus instalaciones y la adopción de tecnología adecuada que permita a los establecimientos adaptarse a las nuevas exigencias de los consumidores postpandemia. Además, las perspectivas de inflación y posibles trabas en los insumos también son factores que los empresarios del sector hotelero seguirán con especial atención.

De cara al futuro, el desafío para el sector turístico será mantenerse competitivo y seguir atrayendo tanto a turistas nacionales como internacionales en un contexto económico desafiante. Aunque los números de este verano han sido positivo, la rentabilidad está lejos de estar asegurada si no se logran ajustes sostenidos.

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