El Reino Unido refuerza sus fronteras: Nuevo permiso de entrada para extranjeros de fuera de Europa
A partir de esta semana, el Reino Unido implementará un nuevo sistema de autorización que afecta directamente a los viajeros de países no europeos, incluyendo a los ciudadanos argentinos. Según información difundida en diversos medios, entre ellos ieconomia.com, este cambio representa un endurecimiento en las políticas migratorias post-Brexit, con el objetivo de fortalecer el control fronterizo y mejorar la seguridad en el país.
El nuevo requisito, conocido como «Electronic Travel Authorization» (ETA), exige que los visitantes de determinadas nacionalidades obtengan un permiso en línea antes de ingresar a suelo británico, incluso si su período de estadía no excede los 6 meses y no se requiere visa. Este sistema está inspirado en iniciativas similares implementadas anteriormente por Estados Unidos (ESTA) y la Unión Europea (ETIAS), y busca modernizar la supervisión de los viajes internacionales hacia Reino Unido.
De acuerdo con el anuncio oficial, los solicitantes deberán presentar su solicitud a través de una plataforma digital, proporcionando datos básicos, información sobre el propósito del viaje y pagando una tarifa aún por detallar. La aprobación, en la mayoría de los casos, será rápida y se alcanzará en un plazo de unas pocas horas. Este permiso será esencial tanto para el turismo como para cuestiones familiares, de negocios y estudios a corto plazo.
Este nuevo procedimiento no sustituye las visas tradicionales de trabajo o residencia, pero impone una nueva obligatoriedad para aquellos que anteriormente no necesitaban gestionar autorización alguna antes de viajar. Aunque el ETA inicialmente se aplicará como prueba para un número limitado de países, Reino Unido planea expandir su alcance progresivamente por etapas, con la mira en los flujos de viajeros internacionales de América Latina y otras regiones del mundo.
El impacto de esta medida ha generado reacciones diversas. Mientras algunos la celebran como un avance institucional en la gestión de fronteras, otros la critican como una barrera añadida para los viajeros y potenciales negocios. En países como Argentina, estos requisitos pueden influir en la planeación de viajes hacia destinos como Londres y otras ciudades británicas, y podrían requerir un mayor grado de preparación anticipada.
Desde una perspectiva económica, este cambio en las políticas migratorias de Reino Unido también refleja la evolución de su estrategia post-Brexit para atraer viajeros y mantener un equilibrio entre los flujos de visitantes internacionales y las preocupaciones internas relacionadas con la seguridad y la inmigración. Empresas del sector aéreo, agencias de turismo y consumidores finales deberán estar atentos a cómo se desarrollan los detalles operativos del ETA en los próximos meses, y si este requisito logra cumplir con sus objetivos de brindar mayor control sin entorpecer innecesariamente el tránsito de personas entre países.
Para el sector argentino, que tiene relaciones tanto comerciales como turísticas con Reino Unido, este cambio podría significar un nuevo desafío a considerar en sus futuros intercambios internacionales.
