En una reciente declaración, Thierry Breton, Comisario Europeo de Mercado Interior, expresó una dura crítica hacia las políticas económicas proteccionistas de Estados Unidos, destacando que estas medidas podrían tener efectos perjudiciales tanto para la propia economía estadounidense como para sus aliados en la Unión Europea (UE). Según Breton, la adopción de un enfoque más cerrado por parte de Washington tendría graves repercusiones, afectando negativamente el comercio internacional y debilitando las estructuras económicas globales que sostienen la estabilidad de ambas regiones, particularmente en sectores estratégicos como la tecnología y la energía.
Las palabras del funcionario europeo se producen en un contexto en el que Estados Unidos ha implementado un conjunto de políticas que buscan fomentar la producción interna y reducir su dependencia de las importaciones, sobre todo en áreas clave como los semiconductores, los vehículos eléctricos y las energías renovables. Esta estrategia acelerada de «reshoring» o producción doméstica, incentivada bajo la administración del presidente Joe Biden, busca mitigar las vulnerabilidades que quedaron expuestas durante la pandemia y ante las recientes tensiones geopolíticas.
El Comisario dejó claro que la UE no está de acuerdo con esta postura, argumentando que el proteccionismo no solo reduce la competitividad, sino que también fomenta la fragmentación del mercado global, algo que plantea un riesgo significativo para la economía global interconectada. «No podemos permitir una carrera de subsidios indiscriminada», advirtió Breton, en referencia a las políticas de incentivos fiscales y subsidios que Estados Unidos tiene en vigor bajo leyes como la Ley de Reducción de la Inflación (IRA, por sus siglas en inglés) y otras normativas que buscan atraer inversiones hacia la producción local.
Esta postura ha encendido las alarmas en Bruselas, donde las autoridades europeas temen que la gran cantidad de subsidios otorgados por Estados Unidos a sus empresas distorsione la competencia. Los líderes europeos consideran que el aumento de subsidios podría desviar inversiones que de otro modo se destinarían a Europa, y sugieren que a largo plazo esta política sería «extremadamente dañina» tanto para Washington como para sus socios transatlánticos.
Breton destacó que, en lugar de fomentar políticas proteccionistas, Estados Unidos y la UE deberían enfocarse en promover un entorno de cooperación, incluida una mayor integración tecnológica y energética que refuerce la resiliencia mutua en tiempos de crisis globales. También abogó por reforzar las reglas del comercio internacional y trabajar en la modernización de la Organización Mundial del Comercio (OMC) para prevenir un mayor deterioro de las relaciones comerciales entre las grandes economías.
En conclusión, el mensaje desde Bruselas es claro: un aumento del proteccionismo no solo afectaría a las economías domésticas, sino que también podría socavar el orden económico internacional y debilitar las alianzas tradicionales, en particular la asociación estratégica entre Estados Unidos y la Unión Europea. Se espera que este tenso debate continúe en futuros encuentros entre ambas potencias para buscar posibles soluciones.