En una reciente controversia relacionada con la producción de aceite de oliva, el presidente de la Generalidad de Cataluña, Pere Aragonès, ha generado una polémica al negarse a promocionar el aceite de Jaén. En una intervención pública, durante un acto en la región catalana, Aragonès fue contundente al afirmar que el aceite de oliva catalán es el mejor y rechazó cualquier posibilidad de promover productos que no fueran de origen catalán. Las declaraciones han provocado una ola de críticas, especialmente de productores andaluces, que consideran el gesto como una falta de reconocimiento hacia una de las principales regiones olivareras de España.
Según el presidente catalán, la prioridad de su administración es fomentar el producto local y apoyar la economía de la región, en consonancia con sus políticas de poner en valor las materias primas originarias de Cataluña. Es nuestra obligación proteger los productos que generan valor aquí y que forman parte de nuestra identidad, justificó Aragonès durante el evento. Aunque no se ha pronunciado directamente sobre Jaén, sus palabras fueron interpretadas como una negativa a impulsar cualquier iniciativa que beneficie a las comunidades productoras de aceite de oliva fuera de Cataluña.
Esto ha causado indignación entre los productores de Jaén, una de las regiones más reconocidas por la calidad y tradición en la producción de aceite de oliva a nivel mundial. La Diputación Provincial de Jaén no tardó en reaccionar, declarando que estas posturas fraccionan innecesariamente el sector olivarero de España, y subrayaron que el aceite de Jaén es considerado por muchos expertos como de una calidad excepcional. Asimismo, diversas asociaciones de agricultores y empresarios de Andalucía han manifestado su malestar, enfatizando la importancia de la colaboración entre las regiones, en lugar de fomentar una competencia innecesaria.
Este episodio ha avivado un viejo debate sobre la rivalidad entre diferentes regiones españolas en cuanto a la producción de aceite de oliva, un sector económico crucial, no solo para Andalucía y Cataluña, sino para toda España. Mientras Cataluña aspira a poner en valor sus aceites de oliva producidos en la región, Jaén, como una potencia global en el sector, defiende su liderazgo en el mercado. Hasta el momento, la respuesta del gobierno nacional ha sido moderada, aunque se esperan más declaraciones oficiales en los próximos días, ya que la situación podría tener implicaciones económicas relevantes.
Fuentes del gobierno de Andalucía han pedido moderación y diálogo, recordando que tanto el aceite de oliva catalán como el andaluz tienen mercados diferenciados y deberían complementarse en lugar de competir por la atención de los consumidores. En este sentido, es vital destacar que España, como principal exportador mundial de aceite de oliva, necesita mantener una imagen de unidad para afrontar los desafíos que plantea un mercado global cada vez más competitivo.