Guyana asegura un préstamo millonario del Banco Exim para fortalecer su infraestructura y economía
En un hito significativo para su desarrollo económico, el gobierno de Guyana ha anunciado la obtención de un préstamo por más de 526 millones de dólares otorgado por el Banco de Exim de China. Este acuerdo financiero marca un avance clave en los planes del país sudamericano para modernizar su infraestructura y diversificar su economía, en un contexto en el que su industria petrolera sigue siendo el principal motor de crecimiento, pero busca reducir su dependencia de esta fuente.
El préstamo será destinado principalmente a la construcción de una carretera crucial que conectará la capital, Georgetown, con Lethem, una localidad estratégica ubicada en la frontera con Brasil. Según las autoridades guyanesas, esta vía de comunicación mejorará la conectividad interna del país, facilitará el comercio transfronterizo con la economía más grande de Sudamérica y fomentará el desarrollo de nuevas industrias y oportunidades de negocio, especialmente en sectores como el transporte, la agricultura y el turismo.
El presidente de Guyana, Irfaan Ali, calificó este acuerdo como un paso trascendental hacia la consolidación de su visión de convertir al país en un centro logístico clave en la región. ?Este proyecto no solo construirá una carretera, sino que establecerá un corredor económico que beneficiará a generaciones futuras?, destacó en una reciente comparecencia pública. Además, subrayó que la infraestructura proyectada será una herramienta para combatir la desigualdad al conectar áreas rurales con los principales centros de actividad económica.
La aprobación del préstamo por parte del Banco Exim de China se enmarca en la creciente relación entre Guyana y el gigante asiático, que en los últimos años ha incrementado su presencia en América Latina mediante inversiones y proyectos de cooperación en infraestructura. Esta iniciativa es particularmente significativa, dado que Guyana se encuentra en una etapa de auge económico gracias a la producción de petróleo en alta mar, lo que ha duplicado su PIB desde 2020. Sin embargo, el gobierno busca utilizar estos ingresos extraordinarios para diversificar su economía y evitar la llamada «enfermedad holandesa».
No obstante, el proyecto no está exento de críticas. Diversos analistas han expresado preocupaciones acerca de la creciente dependencia de Guyana respecto a financiamiento extranjero, especialmente de China. Algunos sectores advierten que esto podría aumentar la vulnerabilidad del país ante eventuales ajustes geopolíticos o económicos globales.
Con esta ambiciosa iniciativa de infraestructura, Guyana busca posicionarse como un referente en términos de desarrollo y conectividad en el continente. Resta observar cómo se implementará este proyecto y qué impacto tendrá en el contexto regional y en la economía del país a largo plazo.