Glovo contratará repartidores como empleados y elimina el modelo de autónomos en 2023

Glovo implementará contratos laborales y dejará de operar con repartidores autónomos

En un anuncio que marca un punto de inflexión en el modelo de negocio de las plataformas de entrega a domicilio, Glovo, el gigante europeo de delivery, ha anunciado que comenzará a formalizar contratos laborales para sus repartidores en España, abandonando el sistema de trabajo autónomo que hasta ahora había regido la relación con sus trabajadores. Esta decisión tiene implicancias significativas para la estructura operativa de la compañía y podría impactar su modelo económico en mercados internacionales, como el de Argentina.

La medida surge como una respuesta a los problemas regulatorios que Glovo ha enfrentado en España, donde las autoridades han intensificado los controles sobre las plataformas digitales para garantizar el cumplimiento de la conocida «Ley Rider». Esta normativa establece que las empresas de reparto deben reconocer como empleados a los repartidores que, bajo las condiciones actuales, son clasificados como autónomos. Según Glovo, la implementación de esta normativa busca garantizar derechos laborales y protección social a sus trabajadores, adecuándose también a la creciente presión legislativa en Europa.

Glovo comenzará a aplicar este nuevo modelo a partir de 2024 con un grupo inicial de 2.000 repartidores contratados y planea expandirlo progresivamente. «Este planteamiento innovador es nuestra forma de combinar flexibilidad laboral con los derechos laborales de los empleados», manifestó un portavoz de la compañía. Además, la transición impactará directamente en la estructura de costos del negocio, lo que podría trasladarse a precios de los servicios ofrecidos o ajustes en la relación con los comercios asociados.

Si bien este cambio inicialmente se implementará en España, es inevitable considerar que los ecos de esta modificación podrían tener repercusiones en otros países donde esta y otras plataformas operan, como es el caso de la Argentina. El país sudamericano, que atraviesa una profunda crisis económica y exhibe un mercado laboral informal significativo, podría convertirse en un terreno complicado para una eventual transición hacia modelos de contratación formal. A nivel regional, iniciativas similares también enfrentan desafíos regulatorios y logísticos.

El anuncio de Glovo se inscribe en un contexto donde las plataformas digitales están siendo cada vez más observadas en cuanto al cumplimiento de regulaciones laborales y fiscales. Cabe destacar que el debate en torno a la relación laboral de los repartidores es global y abarca planteamientos similares en países como el Reino Unido, Italia y países de América Latina. La medida podría establecer un precedente para otras compañías del sector y para líderes del mercado como Rappi o PedidosYa, que también operan bajo esquemas de trabajo independiente.

En definitiva, el movimiento de Glovo refleja un esfuerzo de adaptación a un entorno normativo más exigente, a la vez que pone de relieve las tensiones inherentes entre la flexibilidad de las plataformas digitales y el acceso a derechos laborales formales. Sin duda, el desarrollo de esta estrategia será observado de cerca tanto en Argentina como en otras economías con desafíos regulatorios similares.

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