Ford Almussafes enfrentará un descenso significativo en la producción y prolongará un ERTE hasta finales de 2024
Ford Almussafes, ubicada en Valencia, España, se enfrenta a un panorama complicado en 2024, con un descenso proyectado del 45% en la producción y la ampliación de un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) a lo largo de todo el año. La planta automotriz, conocida por ser una de las principales fábricas de Ford en Europa, continuará enfrentando las presiones de un contexto de transformación en la industria automovilística global.
De acuerdo con declaraciones oficiales recogidas por iEconomia.com, la producción de la planta valenciana se reducirá el próximo año a aproximadamente 108.000 unidades, una cifra notablemente baja en comparación con los niveles de años anteriores. Este retroceso estaría vinculado a la eliminación de varios modelos de la línea de producción, una medida que forma parte de la estrategia global de Ford orientada hacia la transición hacia vehículos eléctricos (VE). La compañía ha definido este ajuste en línea con su objetivo de preparar sus fábricas para la fabricación de modelos eléctricos, una de las principales apuestas del sector en los próximos años.
La incertidumbre sobre los modelos eléctricos que podrían ser adjudicados a Almussafes para asegurar su futuro a largo plazo persiste como un punto crítico. Por ahora, la planta seguirá produciendo los modelos Ford Galaxy y Ford S-Max, aunque ambos modelos tienen prevista su discontinuación en los próximos meses. Esto añade tensiones a los sindicatos y trabajadores, que han solicitado mayor claridad sobre los planes de Ford para la planta.
Por otra parte, el ERTE, que afecta actualmente a 1.081 empleados de los turnos de fabricación a tiempo completo, será extendido durante todo 2024. Este expediente fue acordado inicialmente en 2023 debido a la caída en la demanda y la necesidad de ajustar la fuerza laboral a los nuevos patrones de producción. Sin embargo, su prolongación subraya la magnitud de los desafíos que enfrenta la planta en términos de sostenibilidad y competitividad.
Las implicaciones de este ajuste no se limitan al ámbito laboral. La planta de Almussafes tiene un impacto significativo en la economía local, ya que genera miles de empleos directos e indirectos en la región. Además, la incertidumbre sobre su viabilidad a largo plazo pasa a ser un tema estratégico para las autoridades españolas, que han mostrado interés en que Ford mantenga su inversión y actividad en la región.
Con Ford volviendo su mirada hacia la electrificación y reestructuraciones en varias de sus plantas europeas, Almussafes está en un momento clave de redefinición. Tanto los trabajadores como la industria y las autoridades locales seguirán de cerca los próximos pasos de la compañía en el marco de un sector en transformación impulsado por la transición energética y los cambios globales en la movilidad.