El expresidente de Panamá, Juan Carlos Varela, ha salido en defensa pública de su decisión durante su mandato de establecer relaciones diplomáticas con la República Popular China, en un contexto de crecientes tensiones geopolíticas entre Estados Unidos y el gigante asiático. Según ha expresado recientemente, esta medida no solo fue una acción estratégica para fomentar el desarrollo económico del país centroamericano, sino que también responde a la visión de un mundo multipolar en el que las alianzas internacionales amplias y diversificadas son clave para garantizar el progreso.
El establecimiento de nexos diplomáticos entre Panamá y China se concretó en junio de 2017, durante la gestión de Varela, marcando la ruptura de relaciones con Taiwán, una decisión que generó tanto elogios como críticas en su momento. Los beneficios económicos derivados de este acercamiento con China han sido significativos, con un aumento en las inversiones directas del país asiático en sectores clave como la infraestructura y los puertos, además de un mayor dinamismo comercial derivado de acuerdos bilaterales.
En sus declaraciones, Varela hizo énfasis en que la relación con China fue planeada estratégicamente para aprovechar la posición geográfica de Panamá como un centro logístico de comercio internacional. También resaltó que esta decisión se enmarcó en los principios de soberanía nacional y en una política exterior independiente que busca maximizar el bienestar de los panameños.
En el ámbito internacional, las relaciones entre América Latina y China han venido consolidándose en los últimos años, y Panamá no ha sido la excepción. Sin embargo, esta política ha sido objeto de escrutinio por parte de Estados Unidos, que ha mostrado una creciente preocupación ante la expansión de la influencia de China en la región. En este contexto, el expresidente Varela defendió que el avance de estas relaciones fue pragmático y que veló en todo momento por mantener un equilibrio diplomático con Washington.
Hoy en día, la presencia china en Panamá representa un capítulo importante de las relaciones exteriores del país, involucrando no solo inversiones sino también aspectos culturales y educativos. Mientras algunos sectores continúan evaluando las implicaciones políticas y económicas a largo plazo de esta alianza, Varela defendió la decisión como un paso necesario para el desarrollo del país en un mundo cada vez más interconectado.
El debate sobre las relaciones con China cobra relevancia no solo en Panamá sino en toda la región latinoamericana, donde los países enfrentan el desafío de equilibrar sus relaciones comerciales y diplomáticas con las dos mayores economías del mundo. Las decisiones tomadas durante la administración de Varela colocaron a Panamá como un actor clave en esta dinámica y dejaron un legado que continúa moldeando la política exterior del país.