En un nuevo frente de atención geopolítica y económica, Taiwán ha reforzado su conexión con Europa a través de una significativa visita de su canciller, Joseph Wu, a la prestigiosa sede del IMEC en Bélgica, antes de poner rumbo hacia Lituania. Esta visita se produce en medio de la intensificación de las relaciones entre Taiwán y estos países europeos, que no son cualquier tipo de actor global, sino que tienen un rol clave en sectores de alta tecnología.
El IMEC, con sede en Bélgica, es un centro de investigación puntero a nivel global en el diseño y desarrollo de semiconductores, un recurso estratégico crucial para múltiples industrias, desde la automotriz hasta la electrónica de consumo. Dado que Taiwán alberga a TSMC, uno de los mayores fabricantes de chips del mundo, este encuentro es de gran relevancia tanto desde una perspectiva económica como tecnológica, especialmente si se tienen en cuenta las tensiones comerciales y el contexto competitivo con China, que argumenta que Taiwán es parte de su territorio.
En un comunicado oficial, Wu reconoció la importancia de la visita y de estrechar lazos con Europa, resaltando que tanto Bélgica como Taiwán comparten la visión de la importancia de estas tecnologías avanzadas para el futuro económico global. Esta alianza estratégica en el segmento de los semiconductores es un pilar crucial en la autonomía tecnológica de sus respectivas economías y podría potenciar futuros acuerdos comerciales y de inversión bilateral.
Además de Bélgica, otro de los destinos clave en la gira del canciller taiwanés es Lituania. Este país ha sido uno de los más decididos en la UE en cuanto a fortalecer lazos con Taiwán, lo que generó tensiones diplomáticas con China. A pesar de las presiones del gigante asiático, varias naciones europeas están revisando sus posiciones diplomáticas y económicas con respectos a Taiwán. Lituania, en particular, ha aumentado la cooperación comercial y tecnológica con la isla, lo que sentó las bases para la creación de un centro de representación taiwanesa en Vilna.
A medida que la demanda global de semiconductores sigue al alza en medio de la transformación digital y la transición energética, estas visitas reflejan cómo países y corporaciones buscan asegurar su lugar en la cadena de suministro de chips y microchips. La visita de Wu no solamente subraya la creciente influencia de Taiwán en este sector, sino también el creciente interés de Europa en proteger su autonomía tecnológica, particularmente en un momento en que la escasez de semiconductores ha interrumpido cadenas de suministro críticas en todo el mundo.
Este avance marca un nuevo capítulo en la relación entre Europa y Taiwán, que podría tener importantes consecuencias en el terreno económico y diplomático internacional, especialmente con la delicada tensión en torno a la industria de semiconductores, cuyo impacto afecta a sectores clave para la economía global.