En el tercer trimestre del año, la economía chilena creció un 2,3%, superando las expectativas del mercado, según informó este viernes el Banco Central de Chile. Este avance se produjo gracias al incremento en la demanda interna y una recuperación en sectores clave como el comercio, lo cual generó un ambiente más favorable para el país respecto a los trimestres anteriores.
Este crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) marca un repunte sólido, considerando que las proyecciones de varios analistas habían estimado una cifra inferior, del 1,8%. Además, esto se produce luego de un período de contracción registrado en los primeros meses del año debido a la desaceleración global y las tensiones locales vinculadas a la situación política y social de Chile.
El fortalecimiento de la demanda interna fue crucial en este resultado, con un crecimiento del 3,1% coincidiendo con una mayor inversión en infraestructura y un consumo privado más robusto. Según el informe del Banco Central, los sectores que más contribuyeron al alza del PIB fueron el comercio, que creció un 4%, y la minería, que se expandió un 1,2%. Cabe recordar que Chile es uno de los mayores productores de cobre del mundo, y su minería desempeña un papel crucial en la economía del país.
Desde el gobierno chileno, destacaron la relevancia de este dato, subrayando que el repunte económico es una señal de que las medidas aplicadas para mitigar los efectos de la inflación y fomentar la inversión están dando frutos. En este sentido, se espera que la política fiscal siga jugando un rol protagónico en generar estabilidad en el último tramo del año, con la implementación de estímulos para los sectores más rezagados.
Asimismo, el Banco Central señaló que, aunque los resultados actuales sean alentadores, no se debe subestimar el impacto de la incertidumbre internacional, como las expectativas de nuevas alzas en los tipos de interés por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos y sus efectos sobre los mercados emergentes de América Latina. En este contexto, indicaron que los desafíos principales siguen siendo la inflación y las tensiones comerciales, factores que podrían influir en el comportamiento económico del país en los próximos meses.
A pesar del buen desempeño en este trimestre, las tasas de crecimiento anual proyectadas por organismos internacionales para Chile continúan siendo moderadas. El Fondo Monetario Internacional (FMI) anticipó una expansión del PIB cercana al 2,4% para el cierre de este año, mientras que el Banco Central de Chile estima un rango de crecimiento entre el 1,5% y el 2,5%, con un posible freno en 2024 si las condiciones externas no mejoran.
Con este panorama, los inversores locales y extranjeros estarán atentos a los próximos reportes para evaluar si la tendencia al alza se mantiene en el último trimestre y cómo el país encara las incertidumbres globales y políticas que persisten en la región.