Fuga de datos afecta al 42 % de empresas en América Latina, según estudio
Un alarmante informe ha sacudido la agenda de las empresas en América Latina. Según los resultados del «Global Data Risk Report», realizado por la firma de ciberseguridad Varonis, el 42 % de las organizaciones en la región han sido víctimas de alguna fuga de datos confidenciales en el último año. Este preocupante panorama pone en jaque no solo la privacidad de las compañías, sino también la confianza de los usuarios en sus servicios.
El informe subraya que muchas de estas filtraciones están vinculadas a fallas internas en las políticas de seguridad y la falta de controles efectivos en el manejo de información sensible. Esto incluye accesos inadecuados a bases de datos críticas y sistemas que no cuentan con la protección suficiente frente a ataques externos como el ransomware, una de las principales amenazas del momento.
El impacto de estas brechas de seguridad no es menor. Según Varonis, el daño financiero promedio puede oscilar entre 100.000 y 200.000 dólares por incidente, dependiendo del tamaño de la empresa y la naturaleza de la información comprometida. Además, las consecuencias trascienden lo económico y se extienden a la pérdida de reputación de las marcas, derivando en una menor confianza por parte de clientes e inversionistas, un golpe particularmente duro en industrias competitivas y dependientes de la tecnología.
Otro dato relevante arrojado por el informe es que el aumento del trabajo remoto durante y después de la pandemia de COVID-19 expuso nuevas vulnerabilidades en las empresas. Con empleados operando desde entornos no controlados, se incrementaron los riesgos de accesos indebidos y la exposición de información clave en redes inseguras. En ese sentido, la digitalización acelerada que muchas organizaciones emprendieron también dejó a la vista carencias en sus estrategias de ciberseguridad, un factor que los ciberdelincuentes no han tardado en explotar.
Desde Varonis, recomiendan a las compañías latinoamericanas priorizar la inversión en recursos enfocados en protección de datos, como la implementación de protocolos más estrictos sobre quién y cómo puede acceder a la información sensible. También sugieren realizar auditorías regulares y fomentar una cultura corporativa más comprometida con la seguridad informática.
Con el crecimiento constante de amenazas digitales, las cifras del informe actúan como un recordatorio urgente para que las empresas adapten sus sistemas y procesos a los estándares internacionales de protección de datos. En un momento donde la economía de la región impulsa cada vez más su transición hacia lo digital, ignorar estos riesgos podría significar no solo pérdidas millonarias, sino también quedar fuera de un mercado extremadamente competitivo.
El mensaje, por tanto, es claro: la seguridad en el manejo de datos debe dejar de ser un costo adicional y convertirse en una prioridad estratégica para las empresas que buscan permanecer relevantes y confiables en la era digital.