El peso mexicano extiende su caída frente al dólar, marcando nuevos mínimos en 2023
El peso mexicano atraviesa una etapa de marcada depreciación frente al dólar estadounidense. Según reporta el portal financiero iEconomia.com, este jueves la moneda mexicana experimentó una nueva caída frente a su par norteamericano, en un contexto de mayor aversión al riesgo en los mercados globales y el fortalecimiento del dólar, que parece consolidar una tendencia alcista.
En la jornada, el dólar al mayoreo subió un 0,36%, ubicándose en 17,99 pesos mexicanos, alcanzando su nivel más alto desde enero de 2023. La presión sobre el peso no solo se debe al fortalecimiento del billete verde, sino también a una combinación de factores internos y externos que influyen sobre las monedas de países emergentes.
Entre los factores externos, destaca la postura de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos, que podría mantener su política de mayores tasas de interés por más tiempo del previsto. Las declaraciones recientes del presidente de la Fed, Jerome Powell, que apuntan a que aún hay trabajo por hacer para controlar la inflación, han reforzado la demanda global por activos denominados en dólares, incrementando su valor frente a otras divisas.
En el ámbito interno, las expectativas sobre la economía mexicana han comenzado a mostrar señales de debilidad, lo que ha restado confianza a los inversionistas internacionales. Aunque el Banco de México (Banxico) ha sostenido una política monetaria restrictiva con una tasa de interés referencial en niveles récord, el diferencial de tasas con respecto a los Estados Unidos parece perder atractivo, sobre todo en un contexto de altos niveles de incertidumbre global.
Además, en el mercado minorista, el precio del dólar ha sobrepasado los 18 pesos en algunas instituciones bancarias, un nivel que no se observaba desde principios de año. Esta situación podría generar presión sobre los consumidores y las empresas, especialmente aquellas que dependen de importaciones o mantienen deudas en dólares.
A pesar de este panorama adverso, los analistas consideran que el peso mexicano aún tiene fundamentos sólidos, apoyado en parte por las remesas récord y el «nearshoring» una tendencia que está beneficiando a México al atraer inversiones por su proximidad a los Estados Unidos. Sin embargo, las próximas semanas serán clave para determinar si esta depreciación es transitoria o marca un cambio de tendencia en la fortaleza de la moneda mexicana.
En conclusión, el peso mexicano sigue siendo una de las monedas emergentes más sensibles a los cambios en el sentiment de los mercados globales. Si bien aún conserva fundamentos que respaldan su estabilidad, el contexto internacional y las políticas económicas internas serán determinantes para su desempeño en el corto y mediano plazo.