En el seno del Senado español, la bancada del Partido Popular (PP) consiguió un contundente apoyo legislativo para solicitar al Gobierno la suspensión temporal del registro digital de pasajeros que ingresan al país, medida que fue implementada durante la pandemia del COVID-19 con el objetivo de rastrear potenciales casos de contagio. El pedido se formalizó argumentando que la situación epidemiológica ha cambiado considerablemente desde el inicio de la emergencia sanitaria y que este sistema ha generado críticas por su supuesta ineficiencia y falta de proporcionalidad.
La moción del PP fue aprobada a pesar de la reticencia inicial de algunas fuerzas políticas, lo que refleja un creciente malestar entre los sectores críticos del oficialismo y una creciente presión hacia la administración del presidente Pedro Sánchez para disminuir las trabas al turismo y al flujo internacional de viajeros. Con la pandemia retrocediendo a nivel mundial y muchos países eliminando restricciones sanitarias relacionadas con el COVID-19, se argumenta que el registro de viajeros constituye una medida desactualizada que podría, incluso, obstaculizar la tan necesitada recuperación del sector turístico, uno de los motores económicos de España.
Este registro digital, conocido formalmente como QR-Código Seguro de Salud, exige que los viajeros, tanto nacionales como extranjeros, rellenen un formulario con múltiples datos personales antes de ingresar al país. Estos datos son luego utilizados por las autoridades sanitarias para realizar un seguimiento a posibles contactos estrechos de personas infectadas. Si bien tuvo una función crucial en los meses más críticos de la pandemia, algunos senadores, sobre todo pertenecientes al PP, consideraron que la utilidad del sistema ha quedado desfasada.
El portavoz del PP subrayó durante el debate que «mantener este registro es una carga adicional innecesaria para los viajeros», lo que podría disuadir a muchos de optar por España como destino turístico. Además, cuestionó la eficiencia del sistema en su versión actual, ya que las tasas de infección en la gran mayoría de los países emisores de turistas han caído drásticamente gracias a las campañas de vacunación masiva.
Por su parte, el oficialismo, representado por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), admitió que si bien la emergencia sanitaria parece haber pasado, resulta necesario evitar pasos en falso en la gestión de la política sanitaria del país. Consideran que la desmantelación del sistema debe pensarse con detenimiento, a fin de no generar huecos en el monitoreo de las nuevas variantes o cualquier otra futura amenaza a la salud pública.
Con la temporada turística a la vuelta de la esquina, se espera que el Gobierno de Pedro Sánchez analice detenidamente la recomendación del Senado y tome una decisión con prontitud que contemple tanto la reactivación económica como la seguridad sanitaria del país.