En medio de un entorno económico desafiante, Caixabank ha confirmado que sus planes estratégicos ahora contemplan la prórroga del polémico impuesto bancario en España, aunque no se visualiza en el horizonte una oferta pública de adquisición (OPA) sobre el banco Sabadell. Así lo ha manifestado el consejero delegado de Caixabank, Gonzalo Gortázar, al responder a las especulaciones recientes en torno a una posible fusión entre las entidades financieras.
Según información proporcionada a través de diversas fuentes, el ejecutivo afirmó que el banco tiene plena disposición para adaptarse a la situación fiscal vigente. Se refirió específicamente al impuesto extraordinario que grava a las firmas bancarias y energéticas, medida implementada por el gobierno español en el contexto de la inflación persistente y la necesidad de mayores ingresos fiscales. El impuesto recae sobre los beneficios obtenidos en los ejercicios de 2023 y 2024, afectando a entidades cuyas ganancias superen los 800 millones de euros anuales. Sin embargo, Caixabank ya ha ajustado sus previsiones para enfrentar esta carga fiscal en sus ejercicios fiscales.
En cambio, no parece que la entidad esté interesada en lanzar una OPA sobre Banco Sabadell, una especulación que ha rondado los pasillos del sector bancario europeo en los últimos meses. Gortázar negó rotundamente esta posibilidad, declarando que «no hay ningún tipo de operación en la agenda de Caixabank que implique una fusión o adquisición de Sabadell». Con este comentario, trató de disipar rumores de que se estuviera gestando una nueva etapa de consolidación bancaria en España en la que Caixabank tendría un rol protagónico.
Es importante destacar que la incertidumbre que rodea al sector financiero no solo se limita a las posibles fusiones. La volatilidad de los mercados y las constantes subidas de tipos de interés desde los bancos centrales, en un intento por controlar la escalada inflacionaria, siguen presionando a las instituciones bancarias. En este sentido, la exposición de los bancos a riesgos sistémicos a nivel global ha aumentado, especialmente considerando que el costo del crédito ha incrementado considerablemente a lo largo de los últimos meses. Ante este escenario, las entidades financieras deben ser más cautelosas y ser selectivas con sus planes de expansión.
Por el momento, todo apunta a que Caixabank se mantendrá en un enfoque conservador, priorizando la capitalización y la adaptación a un entorno regulatorio exigente, en lugar de seguir el camino de adquisiciones o fusiones a gran escala. Con la continuidad del impuesto bancario y la negativa a avanzar sobre Sabadell, la estrategia futura del grupo parece encaminarse hacia una mayor eficiencia operativa y la exploración de nuevos modelos de negocio.